La polémica está servida y la decisión final sobre los puntos está ahora en manos de la Dimayor.
El fútbol colombiano está en medio de una gran discusión por lo que pasó el domingo pasado en el partido entre el Unión Magdalena y el Once Caldas. Los hinchas del Unión invadieron la cancha, y el partido tuvo que suspenderse.
Aunque las reglas dicen que el Once Caldas debería ganar el partido, los directivos del ‘Ciclón bananero’ no están de acuerdo. Anunciaron que van a pedir los puntos y acusaron al entrenador del Once Caldas, Hernán Darío ‘El Arriero’ Herrera, de mentir.
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El partido se jugaba en el estadio Sierra Nevada de Santa Marta. Se detuvo cuando varios hinchas entraron a la cancha y pusieron en peligro a los jugadores del Unión Magdalena. En ese momento, el Once iba ganando 1-0 con un gol de Dayro Moreno.
Los jugadores del Once Caldas se fueron de la cancha porque no se sentían seguros. Su entrenador, Hernán Darío Herrera, dijo que alguien le tiró una botella. El árbitro Carlos Ortega, con el permiso de la Dimayor, decidió que el partido no se jugaría más. Al principio, se dijo que el Unión Magdalena, como equipo local y responsable de la seguridad, perdería el partido 3-0 y podría recibir otros castigos.
Pero ahora, el cuadro samario cambió su posición. Su presidente, Alberto Mario Garzón, habló muy fuerte en el canal regional Telecaribe, asegurando que Hernán Darío Herrera mintió al árbitro sobre lo que pasó.
“El técnico de Once Caldas, en una maniobra, en una pilatuna de parte del ‘Arriero’, dijo que le habían pegado y eso no es cierto. Nosotros hemos hecho un estudio, un análisis y una investigación exhaustiva, con videos, con testimonios, y no es cierto”, afirmó Garzón.
El dirigente aseguró que el árbitro central se había comunicado con el camerino del Unión Magdalena para informar que el partido se reanudaría en 15 minutos, basándose en garantías de la policía sobre el orden público.
“Luego el árbitro se dirigió al vestuario del equipo visitante para manifestarles lo mismo, y se encontró que los jugadores ya estaban bañados y cambiados; el técnico, mañosamente decía que le habían pegado, cosa que no es cierto. Lo hizo engañosamente para decir que no había garantías, y el árbitro flaqueó”, añadió Garzón.
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El presidente del Unión Magdalena insistió en que el árbitro debió exigir al Once Caldas regresar al campo, advirtiendo que su negativa se interpretaría como abandono y derrota. “Mientras que los muchachos del Unión Magdalena estaban en el campo, esperando a los jugadores del Once Caldas para terminar el partido, ellos se quedaron recluidos en el camerino”, sentenció.

Garzón fue enfático en que la acción del Once Caldas y su técnico fue una “maniobra” para obtener una victoria por 3-0, en lugar del 1-0 que reflejaba el marcador al momento de la suspensión.
“Aspiramos a que esos 3 puntos nos los devuelvan a nosotros, porque realmente lo que hizo el técnico del Once Caldas fue una maniobra para ganar 3-0 el partido, y no 1-0 como iba el marcador”, concluyó, reconociendo la invasión de la cancha por parte de sus hinchas, pero negando la agresión física al técnico rival.
La polémica está servida y la decisión final sobre los puntos está ahora en manos de la Dimayor.
