Al parecer, hubo mal manejo del protocolo. Aseguran que la falange amputada fue guardada en un vaso con agua fría en lugar de preservarse en hielo, como exige el procedimiento de urgencia para intentar salvar el dedo.
Un grave incidente ocurrido en el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) Bosque Funresueños ha generado indignación y preocupación en Barranquilla, luego de que un menor de tres años, identificado como Sael Jared Pacheco Romero, sufriera la amputación parcial de uno de sus dedos mientras se encontraba bajo el cuidado del personal.
Según el relato de la abuela del menor, Sael Jared ingresó al CDI el 28 de mayo en perfectas condiciones. Hacia las 2:50 p. m., un presunto accidente con un banco de madera le causó la grave lesión en su dedo meñique. Sin embargo, la familia denuncian una serie de presuntas negligencias posteriores que agravaron la situación y vulneraron la confianza depositada en la institución. Y afirma, que el pequeño tiene miedo de hablar.
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La concejala Heidy Barrera Vergara calificó el hecho como “inadmisible” y ha brindado acompañamiento a la familia, exigiendo una investigación exhaustiva y denunciando una cadera de irregularidades.
Falta de activación de póliza: No se activó la ruta de atención para el uso de la póliza de accidentes, y se desconoce si esta se encontraba vencida. El menor fue atendido por su EPS.
Mal manejo del protocolo: La falange amputada fue guardada en un vaso con agua fría en lugar de preservarse en hielo, como exige el procedimiento de urgencia para intentar salvar el dedo.
Comunicación deficiente: La portera del CDI fue quien informó al padre del menor sobre lo ocurrido. Ni la directora ni el cuerpo docente dieron la cara, generando frustración y angustia en la familia.
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Versiones contradictorias: La atención posterior ha sido dispersa, y los relatos sobre cómo ocurrió el “accidente” no coinciden, existiendo varias versiones que no son creíbles para la familia. La abuela del menor expresó su duda sobre cómo un banco podría amputar un dedo y manifestó que el niño tiene temor de hablar sobre lo sucedido.
Ante la gravedad del caso, la concejala Barrera Vergara ha solicitado de inmediato la apertura de una investigación para establecer las responsabilidades individuales e institucionales. “¿Dónde está el protocolo de seguridad y/o emergencias? ¿Quién tiene la responsabilidad? ¿Dónde está la humanidad y el cuidado de nuestros menores?”, cuestionó Barrera.
Asimismo, la cabildante exigió una revisión urgente de los perfiles e idoneidad del personal a cargo en estos espacios y un refuerzo en los protocolos de atención, comunicación, seguridad y emergencia en todos los CDI del Distrito.
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“Esto no puede repetirse. Nuestros niños no son un número ni una estadística. Son vida, son futuro, merecen respeto, cuidado y una respuesta contundente del Estado”, afirmó, enviando su solidaridad a la familia y exigiendo a las autoridades y a la Alcaldía de Barranquilla que “revisen quiénes están al frente de los Centros de Desarrollo Infantil. La vida de nuestros niños no puede estar en manos inexpertas ni indiferentes”.
