La única excepción contemplada a esta gratuidad es el tren de primera clase y también los viajes al extranjero, aunque los luxemburgueses que trabajen fuera del país se beneficiarán de tarifas reducidas en los trayectos más frecuentes.
Luxemburgo se ha convertido este sábado en el primer país del mundo que instaura la gratuidad del transporte público, una de las principales apuestas del actual Gobierno luxemburgués que estima el coste de esta medida en unos 41 millones de euros.
Las expendedoras de billetes han sido ya retiradas, aunque sigue siendo importante llevar una documentación que identifique a los usuarios, han advertido las autoridades.
La única excepción contemplada a esta gratuidad es el tren de primera clase y también los viajes al extranjero, aunque los luxemburgueses que trabajen fuera del país se beneficiarán de tarifas reducidas en los trayectos más frecuentes como las líneas de tren Nancy-Metz-Luxemburgo, Arlon-Luxemburgo o Tréveris-Luxemburgo.
Las autoridades han subrayado que esta medida permitirá además al personal concentrarse en tareas como la seguridad o prestar información adecuada a los usuarios.
