Aunque parezca irreal, a un hombre le tocó utilizar su espalda como silla, para que su esposa, en periodo de gestación, esperara la atención médica en un hospital de China.
La sala de espera del centro médico se encontraba llena, por lo que la pareja de la mujer no vio de otra que sentarse en el suelo para que ella pudiera reposar, un poco más cómoda, con los dolores.
Muchos estaban concentrados en su teléfono y omitían por completo las condiciones por la que estaba pasando esta pareja.
Lamentablemente ninguna de las personas que estaba en la sala de espera se levantó para que la madre se sentara.