Al hacer una radiografía de la situación actual de la prestación pública del servicio de salud en el Distrito es imposible no identificar algunos cuellos de botella que levantan la queja y el sin sabor de los usuarios.
Para entender la situación actual de la salud en la ciudad, además de hacer un recorrido por los centros asistenciales, es importante precisar la doble calamidad que afecta a la red asistencial pública, asumida por la Empresa Social del Estado (ESE) Alejandro Próspero Reverend. Una institución cuestionada e investigada por malos presuntos manejos administrativos.
El primer tópico para ser tenido en cuenta es la intervención jurídico-administrativa que desde el mes de julio la Superintendencia de salud ha fijado sobre la ESE, dando con algunos hallazgos financieros y estructurales que afectaba la óptima atención de los pacientes. Cifras infladas, locaciones mal acondicionadas, tutelas perdidas y miles de deudas, es una caótica situación de la cual apenas se levanta la entidad.
La segunda crisis que arrecia es el creciente índice de venezolanos que son atendidos sin documentos, cuyos costos por asistencia son asumidos por el Distrito el cual adeuda cerca de $5 mil millones de pesos a la ESE. Solo en Santa Marta hay 35.615 migrantes, una cifra equivalente al 7% de la población samaria. Datos que han sido sujeto a la alza por el declive permanente del vecino país.
Con 30 sedes médicas en el área urbana y rural de la ciudad, la ESE busca atender la demanda de salud. 10 centros de salud y 10 puestos médicos es la oferta de la entidad en el casco urbano; y para las zonas veredales dispone de 10 puestos de salud, 3 de ellos que no están en funcionamiento.
“AQUÍ NUNCA HAY MEDICAMENTOS”
En el clima social de los centros y puestos de salud de Santa Marta era una constante la denuncia de la falta de suministros médicos. En La Castellana, Gaira Bastidas y Bonda, los usuarios aseguraban que no había medicamentos para la atención, y desde una aguja hasta un suero lo debían comprar los familiares.
El panorama ha cambiado progresivamente de acuerdo con el testimonio de los mismos pacientes, pues, en comparación con los años anteriores parece haber una mejoría sustancial.
“Yo estuve en la clínica la Castellana, donde como en Venezuela anteriormente, hay todos los medicamentos. No me pidieron nada excepto utensilios personales”, dijo uno de los pacientes venezolanos que son atendidos en este centro asistencial. Según la Gerencia de la ESE, en la clínica Castellana se atiende el 90% de los migrantes en la ciudad.
Los líderes también evalúan la prestación del servicio en los sectores de la ciudad, Wadit Rangel en el barrio San Jorge, asegura que “en comparación a los años anteriores se ve bastante la diferencia. Antes nosotros como junta nos tocaba aportarle al Puesto de salud bolsas, elementos de aseo que en ocasiones también lo compraba la aseadora”.
Por otro lado, Román de la Rosa, gerente delegado por la Supersalud para la intervención, expresó su motivación por el trabajo que se viene haciendo, desmantelando cualquier vestigio de cierre de la entidad.
“Hemos venido trabajando para sacar a la ESE de la crisis en que la encontramos. No ha sido fácil, pero hemos dado pasos importantes. Hoy hemos invertido $135 millones de pesos en infraestructura de los puestos de salud de Gaira, San Jorge, El Oasis, Bonda y la Castellana”, expresó de la Rosa.
Asimismo, dejó por establecido que en el Distrito no se le puede negar la aplicación de insumos a ningún paciente porque “sí los hay. A la gente no se les puede echar mentiras. Así como invité al Concejo así lo haré con el que quiera saber cuál es el estado de la empresa. Cuando llegamos los médicos no atendían con aire acondicionado, hoy sí se hacen”.
El interventor hizo hincapié en la realidad en que encontró las instalaciones y las finanzas de la ESE. “Antes no había insumos; los médicos dejaban las urgencias solas, no había un doliente acá, todo mundo aquí hacía lo que le daba la gana y eso fue lo que motivó a la Supersalud a tomar cartas en el asunto”, expresó.
NO NOS QUIEREN ATENDER: EL LAMENTO DE LOS VENEZOLANOS
Ante una serie de denuncias recibidas por este medio de comunicación en donde manifestaban que a algunos migrantes no se le prestaba la atención médica, el Gerente expresó que la clínica Castellana es el principal centro de acopio para esta población en casos de niveles complejos.
El galeno dijo también que en la ciudad está operando una ONG internacional en el puesto de salud de Los Almendros, atendiendo prioritariamente a los venezolanos. “Solo el 10% de los pacientes que se atienden en Pescaito son colombianos, el resto son migrantes a quienes se les sede los insumos que sean necesarios”.
Para seguir con la atención en la calamidad la institución necesita la inyección del presupuesto nacional para subsanar los pasivos que fueron afectados por las anteriores administraciones. Y para lograr el saneamiento total de la entidad se debe facturar $5 mil millones mensuales, de los cuales solo se logran $3.500.
“La idea es hacer inversiones planificadas, ya socializamos la remodelación del puesto de salud de Olaya Herrera, que hoy no cumple con las normas mínimas de habilitación. Entre 3 meses estaremos reinaugurando la obra”, concluyó de la Rosa.
Los líderes de la ciudad esperan que el servicio de salud siga mostrando mejorías ya que nuevamente una crisis como la que se afrontaba sería el acabose para la comunidad.
