No pasearon en carruaje cerca a Buckingham, sino en ciclotaxi por las calles de Fundación.
Mientras el Big Ben en Londres marcaba la noche, en Fundación, Magdalena el calor del Caribe estaba en su plenitud. Y fue así como Alejandra, una joven de esa población, y Tom, un inglés, llevaron su historia de amor al altar.
Frente cientos de coterráneos de Alejandra, y miles en redes sociales que hicieron viral la boda, la ‘corner of progress’, o en español ‘Esquina del progreso’; fue el espacio escogido para sellar el amor de la pareja.
La vida de lujos de Tom en el Reino Unido pasó a un segundo plano en las calles del viejo Fundación, donde ya no escuchó para Tom las voces de The Beatles, Queen, Justin Timberlake, Amy Winehouse o Adele y por el contrario sonaron la cumbia, la papayera, Los Betos, Los Zuleta, Diomedes y Ana del Castillo.
Así fue como esta ceremonia, se convirtió en todo un acontecimiento para el pueblo.
Alejandra había jurado que se casaría en el calor de su pueblo
Tras la muerte de su madre, Alejandra hizo una promesa: cuando llegara el día de su boda, lo celebraría en su amado pueblo natal, honrando la memoria de su mamá y su tierra.
Cuando conoció a Tom, un inglés con quien comenzó una relación le habló de su promesa. Aunque Tom estaba acostumbrado a la comodidad y el ritmo de vida de un país desarrollado, aceptó sin dudarlo.
La llegada al Magdalena
Tom y su familia inglesa, que habían vivido siempre en ciudades modernas, decidieron trasladarse a la zona rural del Magdalena para cumplir el deseo de Alejandra.
A su llegada, quedaron maravillados por la calidez de los residentes de Fundación y el relajado estilo de vida caribeño. Se sumergieron en la cultura local, disfrutando de la auténtica gastronomía de la región: arepas de huevo, mote de queso, y pescados frescos que conquistaron sus paladares.
Una boda inolvidable
El día de la boda, la iglesia principal del municipio en sus alrededores se llenó de familiares, amigos y curiosos que no querían perderse el evento del año.
Alejandra, radiante en un vestido blanco, y Tom, emocionado en su elegante traje, se juraron amor eterno ante los aplausos y vítores de todos los presentes.
Tras la ceremonia, la pareja sorprendió a todos al abandonar la iglesia en un bicitaxi, el tradicional transporte local. La escena de los recién casados partiendo en el bicitaxi, con una sonrisa que reflejaba felicidad pura, fue capturada por varios asistentes y rápidamente se convirtió en un símbolo del día.
Celebración al ritmo del Caribe
La celebración continuó en una fiesta llena de música local, donde los ingleses y los fundanenses bailaron juntos al ritmo de cumbia, vallenato y champeta.
Fue un momento mágico de unión cultural, donde las diferencias desaparecieron y todos se dejaron llevar por el espíritu festivo de la ocasión.
Los familiares de Tom, aunque inicialmente sorprendidos por la energía y el estilo de vida caribeño, pronto se unieron a la diversión, encantados por la calidez y hospitalidad de sus nuevos amigos colombianos.
Una historia que se viraliza
La experiencia única de la boda fue documentada por Alejandra en un video que compartió en TikTok. En cuestión de horas, el video se volvió viral, capturando los corazones de miles de personas alrededor del mundo que quedaron fascinadas por esta historia de amor que traspasó fronteras.
Alejandra y Tom se convirtieron en un símbolo de que el amor verdadero no conoce barreras culturales, geográficas ni sociales.
Un nuevo capítulo
Para Tom y su familia, la experiencia no solo fue una inmersión en una cultura diferente, sino también una lección de humildad y amor. Para Alejandra, fue la realización de un sueño y la promesa cumplida a su madre.