La Ley 95, aprobada por el Congreso de Colombia el 18 de Noviembre de 1985, reza en su artículo segundo: “Señálase el día 9 de septiembre, en homenaje a San Pedro Claver, como el día colombiano de los derechos humanos”. Esa misma ley declaró a Cartagena de Indias como “cuna y sede de los derechos humanos internacionales”.
Tal decisión fue sustentada en que “gracias al equipo misionero formado por los sacerdotes jesuitas Pedro Claver y Corberó, Alonso Sandoval y el Hermano Nicolás González, acompañados de muchos hijos de la ciudad de Cartagena de Indias en el siglo XVII, nació la preocupación por aliviar la situación de los oprimidos de la época, en especial la de los esclavos, por quienes clamaron por el buen trato y la libertad”
Seis años más tarde, en 1991, la nueva Constitución incorporó sabiamente los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, detallándolos en casi un centenar.
El panorama muestra en el país que la violencia intrafamiliar se ha desbordado, en particular contra las mujeres y los niños; los atracos callejeros y de hogares son el pan cotidiano.
En síntesis, la situación de DD.HH. en Colombia no puede ser peor, lo cual llama a luchar para que dejen de ser letra muerta. Lo primordial en el momento es la implementación sin dilaciones de lo acordado en La Habana entre el Gobierno y las FARC, la primera condición para empezar a construir la paz, la cual se logrará cuando el Estado garantice todos los derechos humanos a todos los colombianos.