Uno de los propietarios del lujoso hotel no cree que el incendio haya sido provocado por manos criminales.
En el incendio registrado en el sector de playa Grande, hasta los propios dueños del hotel Jaba Nibue intervinieron para evitar que las llamas se consumieran por completo el lugar y dejara en cenizas el trabajo, el esfuerzo y la inversión realizada por toda una familia.
Héctor Julio Pizarro, uno de los propietarios del hotel, habló en exclusiva con SANTA MARTA AL DÍA y, en medio de la tristeza que le embarga le dio a gracias a Dios porque, aunque las pérdidas son incalculables solo fueron materiales y no humanas.
La familia Pizarro desde el mismo momento en que conoció por parte de los empleados sobre la conflagración no han estado tranquilos. Varios de los que integran la sociedad que construyó y puso en funcionamiento el exótico hotel se dirigieron hasta el lugar del incendio para ayudar a sofocarlo con baldes que llenaban desesperados en el mar y en la piscina.
Pero pese a los intentos descomunales por lograr que el fuego no se expandiera, “una brisa diabólica”, como lo describió Héctor Julio Pizarro terminó consumiendo una a una las 44 cabañas de palma y madera que constituían la enorme edificación.
“Cuando llegué ya estaba prendido, yo entré ayudar a apagar porque todavía no había cogido la parte de abajo, pero en ese momento como cosa del ‘diablo’ y no de Dios, volvió a soplar la brisa fuerte y eso hizo que las llamas se movieran rápidamente y cogiera las parte que estaban apagadas”, relata Pizarro.
La familia propietaria del complejo hotelero no cree que detrás de este incendio haya manos criminales, pues como lo dice Héctor Julio, “no teníamos enemigos, ni amenazas y la gente estaba contenta con este hotel que además de ser un emblema de la ciudad generaba hasta 100 empleos en temporada alta y 70 en todas las épocas del año”.
Según el empresario las primeras informaciones recibidas le indican que pudo tratarse de un corto circuito o una chispa que se originó por la colilla de un cigarrillo. Señala que intentarán revisar si se pudo salvar alguna grabación de las camarás de seguridad externas que entreguen un detalle adicional sobre como inició la conflagración.
Todavía la familia Pizarro no ha cuantificado la dimensión de las pérdidas. El hecho de levantar un hotel con las características de este eco-resort en una zona inaccesible triplicó los costos de traslado de materiales e ingenieros a la montaña de playa Grande la cual además tuvo que ser adecuada para soportar la enorme infraestructura que contenía quioscos, piscinas y áreas comunes.
“¿Cuánto no he invertido yo ahí?, es que hay unos temas que a veces la gente no cae en cuenta, en ese entonces no había carretera, entonces uno trasladaba el cemento, la arena y la varilla por lancha. Digamos que, si el cemento te costaba un peso en Santa Marta, en playa Grande era otro costo. Además, las personas que subían en los hombros todos los elementos de trabajo”, agregó Héctor Pizarro.
Pizarro finalizó diciendo que es muy prematuro para ellos decir que volverían a reconstruir el hotel, pues manifestó que miraran con el pasar del tiempo y con el dinero que recibirían de la aseguradora si lo harán.
“Esto es un tema que va a reunir a toda la familia y ahí miraremos. Lo importante es que echaremos para adelante y sacaremos todo adelante. Ese hotel era un emblema de esta ciudad y miraremos como se saca adelante”, finalizó Héctor Pizarro.