El capo de Los Pachenca fue despedido entre música, corridos y un sepelio multitudinario, Alejandro Llinás líder social asesinado en esta misma zona partió hacia el más allá solo y en el anonimato.
Si a alguno le quedan dudas del poder que ejercen los grupos armados en la zona rural de Santa Marta, el sepelio de alias 80, lo dejó claro, mientras que al cabecilla del grupo delincuencial Los Pachenca fue despedido entre brindis, mariachis y el llanto de amigos y hasta desconocidos hace unos meses Alejandro Llinás líder social asesinado en esta misma zona fue sepultado en completa soledad.
La indignación que generó la fiesta en la que se convirtió la despedida de Deimer Patiño Giraldo, alias ’80’, pasó de la increíble idea de ver familias detrás del féretro de quien es calificado como un criminal peligroso a contrastar con la tristeza profunda que provocó la partida y despedida de Llinás como un absoluto N.N, su asesinato por cierto se lo atribuyó el grupo ilegal al mando de Patiño Girlado.
Norma Vera Salazar defensora de derechos humanos y ex secretaria del interior del Magdalena fue la primera en manifestar lo contradictorio de la situación que pone en entredicho el concepto de héroes y villanos en esta región del Caribe colombiano.
Cuestionó además que las autoridades no hubiesen ejercido un respaldo de seguridad para que los habitantes de las veredas Calabazo, Buritaca, Guachaca y sus alrededores pudieran acompañar al líder social quien partió hacia el más allá acompañado por tres amigos, los empleados de la Funeraria Americana y una decena de policías.
Alejandro será recordado porque se dedicó a ayudar al desprotegido y a defender la justicia social, tendiendo como consigna que “primero eran sus principios e ideales y no se iba a dejar amedrentar para defenderlos”.
Deimer Patiño Giraldo por su parte pertenecía a un grupo de hombres que operaban como una columna móvil y se le atribuye el asesinato de alias Molleja, yerno de Gladys, una de las hermanas mayores de Hernán Giraldo, el asesinato del líder social Alejandro Llinás y la pareja conformada por John Benítez y Sandra Milenis Marín.
En la partida de ambos un panfleto circuló, para el caso de alias “80” en el que se declaró objetivo militar a toda aquella persona o vehículo que circulara y a cualquier negocio que abriera sus puertas como homenaje a la muerte del máximo jefe, para el caso de Llinás, se condenaba a todo aquel que asistiera al sepelio.
Sin embargo, a juzgar por sus sepelios, el héroe fue despedido como villano y el villano como héroe, pero este comportamiento tiene una explicación para los expertos y es que capos como Deimer Patiño conocen el territorio, tienen gran aceptación y arraigo popular en muchas de las veredas.
Han hecho su vida en este territorio y los vecinos los conocen, muchos hasta son familiares del fallecido y están bajo la sumisión de la familia Girlado simplemente porque han tenido una dominación histórica desde que se fundaron los caseríos, veredas y corregimientos.
En las zonas de Guachaca y Buritaca algunos de sus habitantes aseguran estar de luto, y aunque el sentimiento es desconocido por muchos que hasta se atrevieron a calificarlo como síndrome de Estocolmo en las redes sociales, hace parte de manera en la que se ha desarrollado la vida en este sector del Caribe que nunca ha estado libre de violencia.