$890 mil millones se tienen previstos invertir para la salida a la crisis de desabastecimiento.
La implementación de una planta desalinizadora, sumado a otras obras en las estaciones de captación y la construcción de más pozos profundos, son las nuevas alternativas propuestas de la administración distrital para lograr una solución definitiva al problema de agua potable que enfrente Santa Marta.
La negativa del Gobierno Nacional de apoyar con recursos la conexión del acueducto de la ciudad al Río Magdalena, obligó al alcalde Rafael Martínez a tomar otras determinaciones para garantizar la prestación del servicio en los hogares las 24 horas del día.
Como primera medida, el mandatario decidió dar por terminado el contrato del actual operador Veolia, para que el Distrito asumiera la operación total del sistema de acueducto y alcantarillado a partir del 19 de abril.
Martínez considera que la Empresa de Servicios Públicos ESSMAR ya tiene la experiencia y facultades para asumir el manejo del agua en la ciudad, y de esa manera reducir gastos por el pago al proveedor actual. Dichos recursos se destinarían también en nuevas inversiones para estabilizar el sistema.
“La Essmar no solo tiene la estructura sino también la capacidad para garantizar la prestación del servicio, de hecho en esta transición decidimos que gran parte que las personas que vienen trabajando en Veolia, seguirán cumpliendo su función para ahorrarnos costos de aprendizaje con un personal diferente”, señaló.
En esta nueva etapa de operación del acueducto, además de continuar desarrollando un plan de mejoramiento del sistema con recursos por concepto de recaudo, se tiene prevista una inversión de 890 mil millones de pesos de vigencias futuras que fueron autorizados por el Concejo.
“En esta transición decidimos que gran parte que las personas que vienen trabajando en Veolia, seguirán cumpliendo su función para ahorrarnos costos de aprendizaje con un personal diferente”
Una importante proporción de esos dineros, según informó el Alcalde, serán utilizados para la adquisición de la planta desalinizadora que tiene un costo de 660 mil millones de pesos. “Al ser Santa Marta una ciudad costera vemos esta opción como una valiosa alternativa, ya que hoy se cuenta con tecnologías en este mecanismo de captación que abaratan la producción del agua potable”, indicó.
El burgomaestre aclaró que “estas inversiones la haríamos bajo la figura crédito- proovedor, es decir que no serán entregadas por concesión ni app, sino a través de contrato de obras que deberán ser entregadas a la ESSMAR para su operación”.
De igual manera se tiene proyectada la construcción de la estación de El Curval que tendrá un costo de $60 mil millones y dejará una producción de 100 litros, mientras la ampliación de la estación El Roble entre tanto requiere $7 mil millones y permitirá 100 litros más.
Finalmente dentro de este proyecto de solución, se tiene estipulado la construcción de 14 nuevos pozos que generarán 150 litros adicionales.
De acuerdo a los estudios previos, todos estos caudales adicionales cubrirían la demanda total de la ciudad para garantizar por primera vez en mucho tiempo la prestación del servicio de agua potable en los hogares de los samarios.
