La escuela ha logrado vincular el 90% de la niñez que vive en el sector. Actualmente la cancha deportiva es el escenario ideal donde se reúnen tres días a la semana para deslizarse y desarrollar habilidades motrices, de fuerza, equilibrio y velocidad.
La gran mayoría de pequeños inicialmente participaban de unas vacaciones recreativas que se realizaban en el parque de Manzanares, donde se conformaron grupos de danzas, jugaban ajedrez y practicaban futbol.
Tiempo después los niños entre edades de 3 y 12 años terminaron inclinándose por el patinaje. Desde su creación la escuela ha sido apoyada por la Junta de Acción Comunal, a cargo del presidente Lauriel Molina.
Los padres de familia son el principal patrocinador, por medio de rifas, venta de asados, y empanadas han logrado comprar uniformes y recaudar fondos para que sus hijos puedan viajar a ciudades como Valledupar, Riohacha y el Municipio de Bosconia.
Luis Quintero, uno de los instructores, es quien se encarga de inculcarles que deben tener un corazón valiente para afrontar cualquier situación, ya que este es un deporte de mucho riesgo y peligro donde sufren caídas.
Logros alcanzados
A la escuela han llegado niños que padecen sedentarismo, con problemas de rodillas, espalda, y hasta en los tobillos, pero con los ejercicios todas estas dificultades físicas han ido disminuyendo.
Por primera vez ganaron 56 medallas y dos trofeos al ir al Municipio de Sabana Grande, en el Departamento de Atlántico, premios obtenidos por ocupar el primero, segundo y tercer lugar de la competencia. Esta fue la mejor presentación fuera de la ciudad de Santa Marta.
Cada uno de los instructores busca formarlos y educarlos en valores. La organización del grupo de trabajo desde hace un año ha permitido que también lleguen menores de barrios como La Esperanza, San Pablo, Corea y La Tenería.
Desafortunadamente no han contado con el apoyo de ninguna empresa privada, juntos han buscado este objetivo, pero no ha resultado nada fácil. Mientras tanto continúan hacia adelante en la formación.