Ocupa una extensión de 25 mil metros cuadrados, tiene capacidad para 1.000 camas y contará con 1.400 empleados. El virus ya deja 361 muertos.
El Hospital Huoshenshan de la ciudad china de Wuhan se ha convertido en paradigma del “milagro chino”, a la vez que en la mejor herramienta propagandística de Pekín en la lucha contra la enfermedad.
El centro hospitalario, compuesto de módulos prefabricados, estará operado por 1.400 médicos militares, 950 de ellos procedentes de hospitales del Ejército de Liberación Popular y, los 450 restantes, de universidades de las distintas ramas de las fuerzas armadas.
Con él se espera descongestionar a otros hospitales de Wuhan en la lucha contra el coronavirus, que ha dejado al menos 17.205 infectados diagnosticados en China hasta el momento, la mayoría de ellos en la provincia de Hubei, donde se detectó el brote.
Las obras de Huoshenshan comenzaron el 23 de enero y pronto los medios estatales difundieron imágenes de más de un centenar de vehículos de obra, sobre todo, excavadoras, trabajando sin descanso en una vasta superficie.