Los ciudadanos locales son los encargados de identificar viviendas abandonadas, que se consideran embrujadas.
Cansada de ver a habitantes infringir las normas de cuarentena a riesgo de propagar el nuevo coronavirus, una funcionaria indonesia decidió dar una lección a aquellos que ignoren estas medidas encerrándoles en una “casa embrujada”.
“La idea es que si hay una casa vacía o una casa embrujada en un pueblo, hay que aislar ahí a los infractores”, declaró a la AFP Kusdinar Untung Yuni Sukowati, jefa de la división administrativa de Sragen, en la isla de Java.
En Sragen se publicó un nuevo decreto para regular la afluencia en la región de indonesios provenientes de la capital Yakarta y de otras grandes ciudades. Algunos no respetaban las normas de un aislamiento de dos semanas tras su llegada.