Prostitución, microtráfico, informalidad en el espacio público, indigentes y suciedad en las calles es la nueva realidad del importante escenario turístico.
Los residentes de El Rodadero no soportan más el abandono y falta de gobernabilidad que viven en el sector turístico.
A través de un derecho petición enviado a la alcaldesa Virna Johnson Salcedo, habitantes y comerciantes formales han decidido denunciar las malas condiciones en el que se encuentra el prestigioso barrio.
La situación es tan preocupante que el Comité Cívico decidió enumerar las problemáticas en prostitución, microtráfico, informalidad en el espacio público, indigentes y suciedad en las calles.
Además, sostienen que estos flagelos han generado una mala imagen entre los visitantes. Lo que más les angustia es que los comentarios de desagrado aumentan en las redes sociales por parte de los turistas.
De acuerdo con cifras del Sistema de Gestión Hotelera de Cotelco, más 83 mil personas arribaron a la ciudad durante la semana de receso escolar.
Los habitantes, hoteleros y comerciantes han enviado en reiteradas ocasiones a las autoridades distritales y policiales las pruebas del deplorable estado de El Rodadero, pero los organismos parecen no hacer nada para cambiar el panorama del sector, así lo exponen sus líderes en el comunicado.
La comunidad también expone que una de las principales razones que ha desatado el caos y desorden es la falta de controles y compromisos por parte de la Alcaldía Distrital.
Según lo expresado en el documento, la prostitución se salió de control “inicialmente eran solo algunas mujeres, pero con el pasar de los días son grupos grandes que recorren el malecón de arriba abajo en busca de clientes… las personas que contratan a estas trabajadoras sexuales, las suben en carros y parquean en cualquier sitio para tener sexo y en otros casos lo hacen incluso en las zonas de playa que permanecen oscuras”.
Los líderes también informan que esta red de prostitución y ventas de drogas se encarga de distribuirlas en diferentes puntos del sector, situación que aseguran que puede salirse de las manos si no las autoridades policiales si no actúan con prontitud.
Asimismo, denuncian que la informalidad en el espacio público ha desatado un mal aspecto en el barrio. De acuerdo con el derecho de petición, los andenes son utilizados por los vendedores informales, obligando que transeúntes tengan que caminar en la calle por no tener espacio para caminar en los peatones.
Además, sostiene que la venta de bebidas embriagantes en la calle genera que sus consumidores hagan sus necesidades fisiológicas en los postes y jardines, despertando malos olores en el sector estrato seis de Santa Marta.
También reportan la incoherencia en los controles a la venta y consumo de bebidas embriagantes en las playas, según los residentes no se está cumpliendo con el decreto distrital que prohíbe este consumo en zona de playas, especialmente hasta altas horas de la madrugada.
Por último sostienen la mendicidad, indigentes y basuras es otro tema se salió de control, ya que es muy común ver en las terrazas de establecimiento y andenes a los habitantes de calle, asimismo, el desaseo en las calles y playa.
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