Comerciantes y habitantes solicitan intervención urgente en el camellón.
El Rodadero sigue teniendo problemas de alumbrado en el remodelado Camellón tras más de un año de inauguración.
Pese a ser uno de los principales sitios turísticos de Santa Marta, las personas no pueden disfrutar del mismo en horas de la noche, ya que prácticamente permanece a oscuras.
La situación es preocupante, dado que el escenario se presta para que delincuentes cometan actos ilegales como robos.
Asimismo, suscita a que personas aprovechen la poca visión para realizar actos sexuales y consumir sustancias alucinógenas.
El panorama ha provocado que varios turistas desistan ir a este lugar emblemático, que hace unos años era el preferido para disfrutar en familia.
Y es que, el peligro no se da solo en torno a la delincuencia, sino también por el incumplimiento de normas, que sumado a la falta de luminarias se vuelven una amenaza para la integridad de las personas, haciendo hincapié en la violación del espacio peatonal por parte de vehículos y patinetas eléctricas.
“Volví a Santa Marta con mis nietos para mostrarles el paraíso que esconde este rincón de nuestra Colombia, soñaba con que vivieran el sentir de las brisas mientras se disfruta de una buena parranda vallenata, pero lastimosamente no se pudo, porque significaba exponernos”, manifestó una turista.
Cabe resaltar que, las deficiencias de El Rodadero es un tema que se ha tratado reiteradamente en el Concejo de Santa Marta, resaltando la necesidad de que se haga una intervención urgente.
De hecho, el concejal Juan David Vergel, se pronunció en las últimas horas a través de sus redes sociales rechazando el estado en el que se encuentra el sector turístico.
“La belleza de la ciudad merece ser disfrutada y apreciada en todo su esplendor, necesitamos iluminación adecuada para resaltar su encanto y garantizar la seguridad de residentes y visitantes”, dijo.
Es preciso mencionar que, no solo son los turistas los afectados, sino también los comerciantes a quienes, debido a la disminución de los visitantes, han decrecido en sus ventas.
“A algunos les ha tocado irse para otros lugares porque ya no hay clientes como antes, otros permanecemos por seguir un legado familiar y encontrar el único sustento en estas actividades, pero la situación empeora cada vez más”, manifestó una vendedora.
Por lo anterior, hacen un llamado de urgencia a las autoridades para que vuelquen la mirada hacia este lugar y empiecen a construir una solución palpable que saque a El Rodadero del abandono, en el que permanece.