A propósito de la declaratoria de paro armado del 14 al 17 de este mes por parte de esta fuerza insurrecta, en el departamento se reviven hechos e intimidaciones que en el pasado fueron perpetrados por esta columna guerrillera.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha acompañado por décadas la historia de conflicto armado del país. Nace como ideología en el corazón de la revolución cubana y llega a una Colombia en la que colectivos locales se oponían al gobierno de turno. En 1965 tomaron las armas, desfigurándose el objetivo inicial de lucha política.
El Magdalena no ha estado lejos de su mapa de operaciones, de acuerdo con el Enlace municipal de Víctimas de Salamina Magdalena, los primeros homicidios registrados en el corregimiento de Guaimaro antes de los 90 son atribuidos a esta columna guerrillera.
En 2018 y 2019, en el sur del departamento fueron izadas las banderas con los colores e insignias del ELN, la autenticidad de estos símbolos nunca fue confirmada por las autoridades. Y aunque no se sabe si era verdad o no la situación atemorizó a los magdalenenses.
Otras zonas donde hace más de una década hubo presencia militar del ELN fue Minca, también en la parte alta de Fundación, en la Cristalina, Santa Clara, El Berlín, El Cincuenta, Urano I y Urano II. Acudiendo a la historia, la última información que se tuvo de la operatividad de guerrillas fue en 2008, en el sector de Rio Ancho, colindando con Palomino y Marquetalia, donde hubo una reunión.
LA ALERTA 045 Y EL ELN
La Defensoría del Pueblo en mayo de 2018 emitió la alerta temprana 045, en la que hacía una lectura de la situación de vulnerabilidad bélica en la que se encuentra las áreas urbanas y rurales de Santa Marta y Ciénaga, como también los asentamientos de Dibulla en La Guajira.
El muestreo determinó que el riesgo de las poblaciones indígenas y otras civiles, es alto por presencia de disidencias de las autodefensas segregadas en el legado de Hernán Giraldo. Pero la alerta hace una precisión con relación al ELN, pues, su reaparición ha sido registrada en varias localidades del Magdalena.
Su expansión y fortalecimiento es una creciente amenaza que se cierne sobre los derechos fundamentales de la población indígena Kogui, Arhuaco y Malayo en Santa Marta y Dibulla. El ELN ha comenzado a evidenciar su presencia en sectores de la Sierra Nevada, particularmente en los sectores urbanos y rurales de Ciénaga, como son Pueblo Viejo, Palmor y Siberia.
Dentro de la factibilidad de las infracciones a los derechos humanos está desplazamiento y reclutamiento forzado, como también atentados contra la vida y la libre circulación.
En el sector de ‘Domingueka’, específicamente en los asentamientos Ceviaca, Comeque, La Lengüeta, Pericoagüao y Jigüatá, fueron visto guerrilleros del ELN desde finales de 2017 y principios de 2018. Usando uniformes con brazaletes del ELN y se desplazan individualmente. Exigen las medicinas de la comunidad y se apropian abusivamente de los alimentos de estas comunidades (gallinas, cerdos, entre otros). También han impuesto restricciones de horario para la libre movilidad, como es la de no transitar por el territorio después de las 9:00 p.m.
UNA LECTURA DE LA SITUACIÓN A 2 AÑOS DE LA ALERTA TEMPRANA
A casi 2 años de la declaratoria de la alerta 045, Priscila Zúñiga, politóloga y especialista en temas de conflicto armado, hace una relectura del documento de cara al paro armado anunciado por el ELN.
“La alerta temprana es muy importante porque comprende toda la Sierra Nevada, integrada por La Guajira y Cesar donde sí hay una presencia de esta guerrilla, por eso hablan de una presencia en el territorio. Es una visión holística de la Sierra, indicando que es una sola entidad y los indígenas así lo viven, no subdivido”, precisa Zúñiga.
Por otro lado, desmiente cualquier riesgo por presencia armada del Ejercito de Liberación Nacional en el Magdalena. “No hay ningún hecho que represente riesgo de presencia del ELN en el territorio o algún hecho reciente. Lo que han dicho las autoridades es que no hay ningún tipo de presencia en el Magdalena como tal.
La influencia en el sur del departamento viene más que todo de las fronteras que se tienen con el sur del Cesar y Bolívar, que sí es zona de presencia y lo que le toca al Ejército es permear el ingreso de cualquier forma de subversión al departamento”, acotó la especialista.
Asimismo, tras su reciente experiencia como secretaria de seguridad de Santa Marta y su trabajo realizado en zona rural, asegura desconocer cualquier actividad guerrillera en esa área durante los últimos años. Además, explica que “El ELN es de acciones comunitarias, de reuniones, y no se ha recibido alguna denuncia, por ejemplo, de un presidente de junta de acción comunal que diga que lo citaron.
Revisemos cuántas acciones ha tenido en el territorio, como quema de tractomulas, o algún atentado de oleoducto que son acciones de la subversión”, concluyó la analista.
¿CÓMO SE PREPARA LA FUERZA PÚBLICA PARA GARANTIZAR LA TRANQUILIDAD DURANTE LAS PRÓXIMAS HORAS DE PARO?
En poblaciones del interior del país ya se empiezan a ver presiones de este grupo armado ilegal. Quema de vehículo y restricción del paso en algunas veredas hacen suponer que el toque de queda va en serio.
Para el caso de Santa Marta el coronel Óscar Solarte, comandante de la Policía Metropolitana, precisó que habrá un volcamiento de toda la fuerza institucional para generar un clima de tranquilidad. “Vamos a estar en la calle, llevaremos planes especiales. Por instrucciones del Ministro de Defensa incrementaremos las actividades operacionales y de inteligencia. Invitamos a la comunidad para que haga caso omiso a estos panfletos que circulan en las redes”, dijo el uniformado.
Las fuerzas militares y de Policía acompañarán por solicitud del gobierno nacional las actividades de los magdalenenses.
El paro de este 14 de febrero enciende las alarmas del Estado pues serán 72 horas de tensiones, pero se busca no alterar a la población, la cual con el anuncio que se hizo viral ya empieza a tener miedo.