Un jurado popular en España halló responsable a un joven colombiano de un crimen ocurrido en 2021, al que se le atribuyen además otros cuatro homicidios, dos intentos de asesinato y una serie de estafas y usurpaciones de identidad.
En un fallo que estremece a la opinión pública y alerta a las comunidades LGBTI+, un jurado popular en Bilbao declaró culpable por asesinato, robo con violencia, estafa y usurpación de estado civil a un joven colombiano señalado de haber asesinado en octubre de 2021 a un hombre homosexual que conoció mediante una aplicación de citas.
El veredicto fue emitido este miércoles por un jurado compuesto por siete hombres y dos mujeres, quienes encontraron al acusado culpable por unanimidad de estafa y suplantación de identidad, y por mayoría de los otros delitos.

Lea aquí: Capturan a alias Barbas, temido cabecilla del ELN que aterrorizaba el Catatumbo
La Fiscalía española ha solicitado una pena de 34 años y medio de prisión, mientras que la acusación particular, ejercida por una asociación de derechos LGBTI, pide 39 años de cárcel, además de restricciones de residencia y una indemnización de 150.000 euros para la familia de la víctima.
Las autoridades vinculan al acusado con al menos cuatro asesinatos adicionales, todos con características similares: hombres homosexuales, de entre 43 y 73 años, que vivían solos y fueron contactados por el agresor mediante aplicaciones móviles. En ningún caso las puertas de los domicilios estaban forzadas y los cuerpos fueron hallados en posturas coincidentes, lo que refuerza la hipótesis de una conducta serial.
Los investigadores también lo relacionan con dos intentos de homicidio, ocurridos en el mismo período, con una frecuencia inquietante de dos ataques por mes. Tras cada crimen, se detectaron movimientos bancarios sospechosos desde las cuentas de las víctimas, además de que varios de ellos tenían almacenado el número telefónico del agresor en sus dispositivos móviles.
Lea también: Adulto mayor se salva de ser aplastado por un poste de energía
El acusado ya se encontraba en prisión, cumpliendo una condena de diez años por intento de homicidio y otros dos años y tres meses por estafa continuada.

“La orientación sexual suponía una característica fundamental; era su nicho de víctimas”, declararon los agentes de la investigación, señalando que el patrón sugiere un perfil depredador con móviles económicos y discriminatorios, lo que ha generado gran preocupación entre organizaciones defensoras de derechos humanos.
