El joven perdió a su madre cuanto tan solo tenía ocho años; su hermano fue asesinado en un atentado terrorista.
Josen David Escobar del Duca, es el nombre del samario que hoy comanda el mediocampo del América de Cali, a quien desde temprana edad la vida empezó a darle duros golpes que ha sabido sortear, hasta llegar a convertirse en uno de los jóvenes promesas del fútbol profesional colombiano.
Con tan solo 19 años, Josen se ha convertido en referente para la hinchada de los diablos rojos, lo que lo puso en el ojo del técnico de la Selección Colombia Sub23, Héctor Cardenas, quien ha depositado toda su confianza en él.
Sin embargo, aunque conoció ‘la gloria’ a temprana edad, la vida del samario no ha sido fácil. Cuando tan solo tenía ocho años, perdió a su madre, Sonia Del Duca, quien desde muy niño lo acompañaba a las polvorientas canchas de Santa Marta a jugar con la escuela en la que dio sus primeros pasos y deslumbró con su buen pie.
Pero fue su padre John Jairo Escobar, quien asumió el rol ante la ausencia de su progenitora; aunque con poco tiempo por sus obligaciones laborales, lo acompañaba a las canchas y apoyaba para que asistiera a los entrenamientos con sus amigos en la Escuela Los Almendros, donde estuvo bajo la dirección de Walter Porras.
En su camino hacia el profesionalismo, Josen Escobar pasó por la Academia Alemana de Popayán y Boca, equipos que no creyeron en su potencial. Posteriormente, estuvo en Fortaleza CEIF, donde tuvo un papel fundamental, que se vio empañado por el asesinato de su hermano mayor en un atentado terrorista en Guainía en el 2021; perdida que cambió su comportamiento, lo que le puso fin a su paso por el equipo de Bogotá.
Esta situación lo ‘condenó a retornar a Santa Marta y a pensar abandonar su sueño, pero el impulso de su familia lo llevó a intentarlo de nuevo. Fue cuando llegó al América de Cali, equipo que le abrió las puertas y, en el 2023, debutó como profesional en un partido frente al Unión Magdalena, en el Estadios Sierra Nevada.
Desde entonces, las buenas noticias no han dejado de llegar a la familia Escobar, ya que su juego ha conquistado tanto a su entrenador como a equipos nacionales e internacionales que han puesto sus ojos en este talentoso volante samario. La culminación de este año fue su convocatoria a la Selección Colombia en diciembre, una experiencia que Josen calificó como un sueño hecho realidad.
“Le prometí a mi madre que no descansaría hasta lograrlo y eso hago (…) a los jóvenes les digo que luchen por sus sueños que en cualquier momento Dios nos da la oportunidad y debemos aprovecharla”, dijo el samario desde su concentración en Barranquilla.