La fuertes corrientes y el material de arrastre de los cerros ingresaron hasta las viviendas en algunos sectores causando perdidas materiales.
“La lluvia nos quitó un pedazo de la vida”, con esta frase se lamentan muchos de los samarios que perdieron lo que con tanto esfuerzo habían conseguido debido al fuerte aguacero registrado este lunes, que ni siquiera los gritos de auxilio los salvó de las afectaciones que dejó la naturaleza.
Uno de los que tuvo que vivir esta pesadilla durante varias horas fue Agustín Osorio, un hombre de la tercera edad residente en el sector de la Lucha, a quien la lluvia la convirtió la vivienda en un lugar inaccesible con condiciones deplorables.
Osorio asegura que, aunque intentó contener la fuerza de la corriente con sacos y bloques en la puerta de su casa, este esfuerzo no bastó, ya que el lodo terminó ingresando hasta la sala, habitaciones y cocina.
“Pasamos una noche fea, cuando el agua estaba para meterse quisimos hacer especie de una muralla para que el agua no nos perjudicara, pasamos una noche fea. Yo con la edad que tengo no puedo coger ni siquiera una pala, pero se hace el esfuerzo”, aseguró Agustín, quien vive con sus dos hijos en este sector de la ciudad.
De acuerdo a lo manifestador por Wilson Villar, quien hace parte del grupo Cobasa en el sector de La Lucha, fueron alrededor de 20 viviendas a las que les ingresó el agua, sin embargo, a la comunidad le ha toca unirse para retirar poco a poco el lodo de las calles.
En este sector, al igual que otros barrios el tráfico peatonal y vehicular se ha vito interrumpido, debido a las montañas de material de arrastre que bajó desde la parte alta de los cerros, asimismo, el desbordamiento de la quebrada Tamacá generó una gran acumulación de desechos.
“Esto ha sido muy grave, necesitamos la ayuda urgente de maquinarias. Afortunadamente hubo pérdidas materiales y no humanas, por eso estamos dispuestos a recibir cualquier ayuda del Distrito”, aseguró Villar.
En el recorrido que hizo SANTA MARTA AL DÍA, se observó solo una vivienda abandonada y sin enseres, pues la familia que residía allí no tuvo más opción que irse para resguardarse en un sitio más seguro mientras escampaba la lluvia.
“Esto fue muy desesperante para todos los vecinos, nadie se esperaba que se saliera la quebrada, no hubo tiempo de detener la corriente, queremos que se pongan la mano en el corazón y le presten atención a nuestra comunidad”, señaló Wilson.
Otro de los barrios donde también hubo damnificados por la emergencia fue Luz del Mundo, donde los vecinos perdieron colchones, camas, electrodomésticos, las camas y hasta la ropa de vestir, debido al grave deterioro ocasionado por el lodo.
Juan Carlos Aroca, uno de los vecinos del sector, asegura que la lluvia arrasó hasta con la compra que tenía de la quincena, solo pudo recuperar algunas prendas de vestir que sacó al sol junto a su familia en la mañana de este martes.
“Aquí vivimos 6 personas alquiladas, esto realmente fue de imprevisto. La quebrada tiene malos desagües, y todo el barrio se nos inundó, la ropa que salvamos la hemos tenido que lavar, pero hay cosas que lastimosamente no sirven ya”, aseguró Aroca, mientras trataba de secar el piso de su vivienda con un trapero.
Por otro lado, a un vecino que reside justo al lado de Aroca, uno de los rayos le quemó un televisor. “En menos de 10 minutos subió el agua más de medio metro, nos tumbó la compuerta y ahora no tengo donde ver mis programas, hasta la nevera está llena de barro”, dijo.
Por su parte, Patricia Santrich, otra de las moradoras en Luz del Mundo, relató lo que para ella se convirtió en su peor momento de angustia. “Esto fue horrible, estábamos pidiendo auxilio a los demás vecinos, pero el ruido y las centellas opacaban los gritos”.
En la vivienda de Patricia se cayó parte de una pared, también se dañaron algunas colchonetas, largueros de las camas, escaparates, y como si fuera poco, tuvo que llorar el ahogamiento de su loro, una gallina, y un pajarito que permanecían enjaulados en el patio cuando caía la tormenta eléctrica.