El alemán Dirk Thelen utiliza normalmente sus cinco impresoras 3D para hacer bustos de figuras de dibujos animados, como la de Batman. Ahora, sus máquinas producen 24 horas al día algo que se necesita con más urgencia: máscaras. Sus impresoras producen diariamente 100 protectores faciales, es decir, máscaras con un visor de plástico. Antes de la crisis del coronavirus, las cinco impresoras y dos aparatos láser eran un pasatiempo para Dirk, pero ahora las utiliza para abastecer de material de protección al personal de enfermería de asilos de ancianos.
Dirk, de 35 años, trabaja como despachador en una empresa de autobuses que transporta escolares, entre otras cosas. Pero ahora las escuelas están cerradas y los autobuses están parados. Por el momento, Dirk, que vive a las afueras de Heinsberg, una región particularmente afectada por el coronavirus, solo trabaja a tiempo parcial.
Su esposa Bárbara, que trabaja en un hogar de ancianos, le dio la idea de imprimir máscaras en su estudio. Cuando comenzó la crisis del coronavirus, el personal geriátrico no contaba con máscaras y los precios en el mercado eran simplemente inasequibles. “Verdaderamente exorbitantes”, como dice Dirk. Así que puso en marcha sus impresoras.
Su esposa y sus colegas están agradecidos. También ha recibido buenos comentarios de los residentes del asilo. “Sobre todo, los pacientes dementes, que se orientan por la cara, se alegraron de que esta no se tenga que cubrir con un pedazo de tela”.
GRAN DEMANDA
Pero eso fue hace cuatro semanas. Hasta el momento, Thelen ha producido 700 de estas máscaras en su estudio: las máquinas calientan el material hasta 220 grados y lo convierten en una máscara. En promedio, toma alrededor de una hora y 40 minutos para que una máscara quede lista.
Antes de usar los protectores faciales en la residencia de ancianos, Dirk y su esposa Bárbara hicieron una prueba: “Mi esposa se puso la máscara y yo la rocié con un limpiador en aerosol. Todo quedó hermético, nada atravesó la visera protectora”.
Sin embargo, las máscaras no son comparables con los protectores faciales utilizados en los quirófanos de hospitales. No es para lo que sus máscaras están diseñadas. Dirk trata de mantener la producción estéril y usa guantes y máscara cuando opera las impresoras.
EL INTERÉS DE LAS COMPAÑÍAS DE AUTOMÓVILES Y ASILOS
Después de ayudar la residencia de ancianos de su esposa, Dirk escribió un mensaje en Facebook que se volvió viral. También se registró en un sitio web que agrupa a personas con impresoras 3D que ofrecen ayuda. “La comunidad de impresión 3D está bien conectada”, explica Dirk. Recientemente, una empresa automotriz lo contactó y ordenó máscaras para proteger a sus empleados.
Otra residencia de adultos mayores de Berlín también ha mostrado interés. “También he recibido una carta de una mujer que pertenece al grupo de riesgo pero que tiene que ir al médico. Quería una máscara para protegerse”, cuenta Dirk.
Con las pantallas faciales no obtiene ganancias, solo cobra unos pocos euros, que necesita para comprar el material. Su única preocupación, ahora, es el próximo recibo de luz. “Cinco impresoras 3D realmente usan mucha electricidad”, dice Thelen. Dirk ha escrito una carta a su proveedor de electricidad y espera recibir un subsidio o un acuerdo especial.
Por lo pronto, consiguió una nueva cooperación. Una escuela de manejo local le acaba de proporcionar otra impresora 3D. Esto permitirá a Dirk, las próximas semanas, continuar imprimiendo 24 horas al día las máscaras que se necesitan con tanta urgencia.