“¡Cuidado!”
“Descuide la vía la lleva un ciclista”.
Esas son las conversaciones que en carreteras, vías y avenidas de Santa Marta se alcanzan a escuchar por parte de conductores irresponsables que ignoran las señales de tránsito e irrespetan a los ‘bici usuarios’.
Así lo asegura Jorge Mario Cabana, quien a diario recorre las calles de la ciudad para realizar diligencias en su bicicleta y en horas de la madrugada sale en aventuras a través del ciclo paseo.
Jorge lamentó el fallecimiento de Jhonatan Ternera, ciclista de la ciudad y aseguró que las imprudencias a causa del irrespeto se impone de parte de conductores de carros, motocicletas y cualquier vehículo hacia las personas que se montan en una bicicleta.
“Uno no solo debe pensar en las diligencias que debe hacer, no dar papaya por si lo atacan y se lleva la cicla, también debe estar atento porque muchas veces los conductores de carros no respetan cuando uno lleva la vía”, dijo.
Asegura que se atraviesan y a pesar de llevar la justa razón, muchas veces deben parar para darle paso a los choferes irresponsables”, dijo Jorge Mario.
El poner los pies en el pedal, andar por las calles de una ciudad donde muchos aprenden a meter el cambio, acelerar y al siguiente día son conductores, se ha convertido en una sentencia para las personas que disfrutan de ciclo paseos o se movilizan por economía y salud en bicicleta.
Jorge Mario reside en el sector de la Concepción, alistarse, limpiar la cicla y pegarle una inflada a las llantas para luego ir por toda la Troncal del Caribe hasta el sector de Bonda donde disfruta sus paseos matutinos, es un experiencia inigualable; sin embargo, no “deja de ser un peligro andar en cicla”.
Muchas veces cuando se dirige al Mercado Público toma la Avenida del Ferrocarril, pero “es ahí donde abundan aquellos que ayer aprendieron a meter y sacar el cambio y hoy son conductores”.
Dice que los accidentes abundan en las calles y la mayoría son de motociclistas, pero muy pocos se fijan en los golpes que las personas en bici reciben solo porque son las criaturas más vulnerables y menos respetados en una jungla de cemento.