El equipo samario, que parecía condenado a una goleada tras ir perdiendo 0-2 en 12 minutos, terminó dándole vuelta al marcador y venciendo 3-2 a Águilas Doradas en el Sierra Nevada. Lo hizo con dos expulsados y un golazo de tiro libre que mantiene viva su ilusión de permanecer en la A.
Lo que parecía otro capítulo de frustración terminó convertido en una jornada memorable para el Unión Magdalena. En el estadio Sierra Nevada de Santa Marta, el equipo dirigido por Carlos Silva se levantó de un inicio demoledor de Águilas Doradas y, con dos hombres menos en la cancha, dio vuelta a un 0-2 para ganar 3-2 y mantener un hilo de esperanza en su lucha por no descender.
El comienzo fue un mazazo. Apenas iban 12 minutos cuando los visitantes ya estaban arriba con goles de Matías Ramírez y Wilson Morelo. El ambiente en la tribuna era de resignación: parecía que la noche se venía temprano sobre el conjunto samario.
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Pero a los 36 minutos apareció el juvenil Fredy Molina con un cabezazo que significó el 1-2, aunque su alegría duró poco: fue expulsado más adelante, dejando al equipo en inferioridad numérica. En el complemento, un penalti sobre Joel Contreras permitió que Ricardo “Caballo” Márquez igualara 2-2, devolviendo la ilusión a la hinchada.
La remontada se hizo aún más heroica cuando, con una segunda expulsión —esta vez de Fabián Cantillo—, el Unión quedó con nueve jugadores. En ese escenario adverso surgió la figura de Janesson Sarmiento, quien ejecutó un tiro libre perfecto que se clavó en el ángulo de Wilker Fariñez para sellar el 3-2 definitivo.
El Sierra Nevada estalló en euforia. Unión Magdalena, que carga con el peso de la tabla y la amenaza del descenso, demostró que todavía tiene vida y orgullo. Más allá de sus limitaciones defensivas y de un fútbol poco vistoso, el equipo mostró carácter y corazón para lograr una de las victorias más sufridas de la temporada.
En la próxima fecha, el equipo samario visitará al Atlético Bucaramanga, en una lucha que sigue siendo cuesta arriba pero en la que la palabra rendirse aún no tiene cabida.
