La escasez de agua potable sigue azotando a los habitantes de la ciudad de Santa Marta, como por ejemplo en el barrio 11 de Noviembre, donde los moradores aseguran que no duermen por estar pendiente de coger “el poquito de agua” que llega a las tuberías.
Los vecinos manifiestan que en el sector tienen que hacer huecos con pico y pala en las calles, para poder hacer las conexiones mediante mangueras y motobombas, porque el servicio es precario, de esta manera extraen el preciado líquido hasta las viviendas.
En los patios de las casas se logran evidenciar tanques y canecas, el único método para poder reciclar el agua que es utilizada y tenerla recolectada apara las labores del hogar como lavar la ropa, la loza y bañarse tranquilamente cuando sea posible.
Por otro lado, algunos moradores se convierten en los vendedores de agua que ofrecen el recurso natural a 5000 pesos a través de pimpinas, lo que para muchos es considerado un gasto alto para el bolsillo, teniendo en cuenta que la gran mayoría de familias son de escasos recursos y no tienen como comprar el agua.
Gladys Sarmiento, una vecina del barrio, aseguró que “el agua es colocada los fines de semana, pero llega sin fuerza, y no alcanza a subir al lavaplatos, es por eso que nos ha tocado instalar tubos a una altura baja para llenar las ollas y los baldes. Nos toca trasnocharnos, y muchas veces ni siquiera el agua llega”.