Aquiles se llamaba el canino que andaba por las calles del corregimiento de Irra, municipio de Quinchía (Risaralda).
Este fin de semana su vida se apagó tras las múltiples agresiones de las que fue víctima.
Fueron los habitantes del pueblo los que advirtieron el sábado del estado del canino.
Entonces apareció Valentina Guarín Patiño, de la Fundación Animal Estoy Contigo, quien se encargó de su caso.
Ella no dudó en recoger a Aquiles en Irra, aún con vida, y trasladarlo hasta una clínica veterinaria en Manizales. Pero al poco tiempo falleció.
“A las siete y nueve minutos, Aquiles, nuestro guerrero invencible, dio en mis brazos su último suspiro. Empezó a empeorar rápidamente, y fue imperioso darle un descanso digno. El dolor que siento en mi corazón no lo había sentido antes”, dijo.
Según los veterinarios que lo atendieron, Aquiles tenía graves heridas en su cuerpo producto de la violación.
Además, de haberse salvado no habría podido volver a caminar.
También identificaron que más allá de la violación, fue golpeado fuertemente por su agresor.