Las fuertes lluvias y el mal estado de las vías terciarias los han obligado a botar el producido de meses.
El campesinado del Magdalena ha sido sin duda alguna el sector más afectado con la ola invernal. Las fuertes lluvias han arrasado con innumerables hectáreas de cultivos, obligando a los pequeños y medianos productores a deshacerse de los alimentos.
Los municipios ribereños, además de las precipitaciones han sufrido también el desbordamiento del río Magdalena, que ha acabado con sus enseres y animales.
Albaro Ortega Mejía, campesino de Sintionuevo, viajó desde su municipio hasta Santa Marta a pedir ayuda de la Gobernación del Magdalena, luego de que las fuertes lluvias que azotan actualmente al departamento le dañarán más de dos hectáreas de yuca.
“La yuca que saqué de mi parcela estaba podrida y no pude venderla, me tocó echársela a los animales mientras mi familia me pedía de comer”, le dijo Ortega a Santa Marta Al Día.
Sumada a esta situación, el mal estado de las vías intermunicipales también ha sido un factor que le ha jugado en contra a los productores, ya que los alimentos que cosechan no logran ser sacados a tiempo para su comercialización.
Por todo lo anterior, hacen un llamado al Gobierno Nacional y a la administración departamental para que a través de la Unidad de Gestión de riesgo se pueda llegar a una pronta solución en los municipios del Magdalena.