El segundo médico víctima de coronavirus en el Magdalena generó tristeza, dolor y solidaridad hacia su familia, en vida hizo muchos amigos y se ganó la simpatía de muchos pacientes y colegas.
Julio Cesar Thomas Bornachera fue el médico que con su partida hizo sensibilizar nuevamente a los samarios frente a los héroes que en primera línea batallan contra el coronavirus, aún a riesgo de perder su vida.
Cada día mueren cientos de colombianos y varios magdalenenses en su lucha contra la enfermedad, los médicos no sólo son una cifra, son como soldados que mueren en el uso del deber y empuñando la bandera.
Julio Cesar trabajaba en Ciénaga, el segundo ente territorial con más casos en el Departamento, hace un año exactamente hacía planes con la puesta en funcionamiento de la IPS Más Salud Integral en la que se comprometía a velar por la salud de los cienagueros. Cumplió su compromiso hasta el último momento.
Tenía 34 años, estaba casado con Karen Dayana Delgado y era oriundo de San Fernando Magdalena, compartía el mismo nombre de su papá y tenía tres hermanos: Jean Paull, Jennifer y Mario que han manifestado la tristeza y el dolor que les produce su partida.
Estudió su carrera de medicia en la Universidad Cooperativa de Colombia, igual que su esposa que cursó psicología, sus colegas lo definen como un hombre luchador, responsable, soñador, siempre con muchas metas por cumplir y como un profesional integral.
Sus amigos lo recordarán como un hombre siempre sonriente, con la anécdota precisa y los cuentos que buscaban hacer reír, su alegría era parte de lo que lo hacía especial.
Su familia se ha desbordado en elogios tras su partida sobre cómo demostraba amor y consideración por sus padres y les agradecía haberlo convertido en la persona que era. Julio era el tío que siempre se jugaba con sus sobrinos, el incondicional con sus hermanos y el que sin duda luchó hasta el final contra el virus que ha acorralado la humanidad.
Habiéndolo conocido o no, nadie puede negar que Julio Cesar Thomas Bornachera fue un héroe y se despide como tal, aunque la pandemia impida reunirse para despedirlo o visitar a la familia para consolarlos en la opinión pública su nombre sólo genera agradecimiento.