En esta edificación inconclusa en Pozos Colorados, se han suicidado tres personas en lo que va del 2023.
Este martes el reconocido portal de noticias BBC Mundo, publicó un reportaje titulado ‘Lagomar, el edificio sin terminar en una zona turística de Colombia que acoge a cientos de venezolanos’, en el que abordan misterios y curiosidades de esta infraestructura en Santa Marta.
Dentro de la investigación destacan algunos testimonios de habitantes que, aseguran que los suicidios ocurridos en los últimos meses son producto de la santería que practican algunas personas en esta edificación.
Por otro lado, afirman que estos hechos están adjudicados a trastornos y problemas de depresión de las personas.
“Aquí nadie está tirando gente por las ventanas, lo que pasa es que las personas están sufriendo de depresión por la situación económica”, manifestó la administradora del lugar, Yaned Parra Mourad.
Sin embargo, personas como la venezolana Scarly Linares, de 18 años, quien fue residente de esta edificación, asegura que sí suceden cosas extrañas y por tal motivo decidió mudarse.
La joven llegó a Lagomar siendo menor de edad y en estado de embarazo, desde la pandemia en 2019 y cuando su hijo nació, al cumplir un año y medio, le dijo que todo le asustaba reiteradamente.
Esta situación habría ocasionado que entrará en crisis, ya que tenía miedo de que su pequeño se tirara por la ventana, por los sucesos presentados en torno a los suicidios.
“Yo no tenía trabajo y tampoco conseguía alguna iglesia que lo bautizara”, dijo Scarly para el medio de comunicación.
Asimismo, relata que en una ocasión hubo una pelea que terminó con la muerte de una persona, lo que la llenó de más temor. A esto se le suma, que varios electrodomésticos se le dañaron, producto de las reiteradas fallas en el servicio de energía.
Finalmente, Scarly contó que su madre terminó convenciéndola a mudarse a Perú, donde se trasladó, bautizo a su hijo y trabaja actualmente en un restaurante.
Para ella, el edificio no debería ser habitado, debido a las cosas extrañas que suceden en sus pasillos.
Cabe resaltar que, el hotel Lagomar también alberga varios misterios en cuanto a sus propietarios y construcción.
Algunos dicen que era propiedad de narcotraficantes, otros que son de empresas que demandaron para quedarse con la propiedad, a causa de la ilegal adquisición de los lotes por el gobierno local en los años 90.
Lo cierto, es que los habitantes pagan a la administradora entre 50 y 500 dólares que varían de acuerdo a los servicios, que no están formalizados, porque las empresas no han querido suministrarlo por temas legales.
Es preciso mencionar que, de este edificio, hacían parte unas cabañas que fueron divididas por un muro y son habitadas por familias tradicionales de la ciudad.
Sin duda, son muchas las preguntas que generan los sucesos en Lagomar, pero lo único seguro es la sensación de angustia e intriga que genera pasar por el lugar y ver balcones sin vidrios con niños asomados por las ventanas.