En el marco del Plan Maestro la Alma Mater ha conformado un equipo científico y técnico especializado para avanzar, en el menor tiempo posible, en la ingeniería de detalle o fase 3, con miras a tener los estudios y diseños definitivos que permitan la estabilización y protección ante la erosión fluvial y el nuevo trazado de la vía entre Salamina y El Piñón.
La Universidad del Magdalena, a través de la Vicerrectoría de Extensión y Proyección Social, ha conformado un equipo interdisciplinario con amplia experiencia técnica, científica y administrativa para avanzar en el lapso de tres meses en todos los estudios y diseños de la Fase 3 requeridos para una solución definitiva a la erosión fluvial de la margen derecha del Río Magdalena en el sector aferente a la Isla Tamarindo, en el municipio de Salamina.
A la fecha, se avanza en el segundo mes de la consultoría que contempla, entre otros estudios, el levantamiento topográfico, el trazado y diseño geométrico de la vía, así como el diseño y calibración del modelo hidráulico bidimensional para la estabilización y protección del río, que por su alta complejidad requieren normalmente de cinco a seis meses de trabajo, pero qué debida a la urgencia inminente, la Institución trabaja ardua y articuladamente para tenerlo en la mitad del tiempo.
Actualmente, en compañía de expertos de Cormagdalena e Invías y la interventoría de la Universidad de Cartagena; el equipo especializado de esta Casa de Estudios Superiores, liderado por el ingeniero magister Gustavo Hernández Cortés, docente de planta y el ingeniero magister Miguel Serrano Arévalo, trabajan en los dos hitos o componentes del Proyecto.
Uno: El diseño de la vía alterna que conduce de Salamina a El Piñón, a través de una variante de 5 km, que mejore las condiciones de seguridad de los usuarios, estabilidad de las obras y la disminución de los tiempos de viaje.
Dos: Las estructuras de protección para contener la erosión fluvial.
Es de anotar, que para las fases de prefactibilidad y factibilidad del proyecto se partió de los estudios realizados por la Sociedad Colombiana de Ingeniería SCI, un importante insumo para los miembros de esta Universidad, validados previamente por Invias, Cormagdalena y la Universidad de Cartagena.
Fase 3: estudios de la vía y estructuras para detener erosión
La ingeniería de detalle, planos, presupuestos definitivos y la documentación se entregará a Invías, Cormagdalena y Ministerio de Transporte, para que avancen en las etapas de inversión y operación.
En lo que concierne al diseño de la vía, se avanza en la realización de los estudios de transporte, capacidad y niveles de servicio, trazado, diseño geométrico, geología, suelos para el diseño de fundaciones de puentes, estructuras, estabilidad y diseño de estabilización de taludes, terraplenes y zonas de disposición de materiales.
“Los resultados de estos estudios hacen realidad la arquitectura de la carretera. En el estudio geotécnico de pavimentos se tiene en cuenta el terreno por donde va la vía y la demanda de vehículos que van a transitar.
Como consultoría, debemos tener claridad sobre el movimiento de las corrientes de agua que puedan atravesar la estructura en donde se realiza el diseño y brindar a través de estudios, toda la experiencia para que la carretera sea capaz de sortear todo tipo de problemáticas”: precisó el ingeniero civil Miguel Serrano Arévalo, especialista y magíster en Ingeniería de Carreteras de la Universidad del Cauca.
De igual modo, otros documentos a entregar por parte Unimagdalena, son estudios de hidrología, hidráulica y socavación, componentes ambientales y sociales, la gestión predial, análisis y gestión del riesgo y sostenibilidad, estimación de cantidades de obras, modelos hidráulicos, costos, presupuestos y el informe final a ejecutar.
En lo que al hito de control de erosión respecta y a criterio del ingeniero Gustavo Hernández Cortés, ingeniero Civil de la Universidad del Norte de Barranquilla y magister en Recursos Hídricos de la Universidad de Los Andes, en lo trabajado para este componente, “se ha avanzado en el levantamiento topográfico y un modelo hidráulico bidimensional que permite simular el comportamiento de las estructuras propuestas a largo plazo”.
“Esto permitirá tener un vistazo al futuro sobre su funcionamiento y saber qué efectos tendrán sobre el rio y evitar las posibilidades de errores en el sistema”, puntualizó.
Según el experto, una posible solución a la problemática, es hacer una estructura rígida tipo espolones, que permitan que la corriente de flujo que está erosionando la ribera derecha del rio, se pueda desplazar hacia la Isla Tamarindo.
“Con un posible trabajo de dragado inicial en ese lugar, esas corrientes irán dragando y desapareciendo la isla. Si no hacemos nada que cambie la dinámica natural del rio volverá a formarla. Estamos cambiando esas corrientes para que la misma dinámica sea encargada de llevarse la isla y estabilizar la sesión”, precisó.
En lo que va de la fase tres que culmina hasta el mes de noviembre, los expertos han recopilado toda la información del trabajo en campo, a falta de mostrar las alternativas y modelarlas para decidir la mejor opción de construcción que se le entregará al contratante.
Fredy Melo, gerente del Plan Maestro para Salamina y El Piñón y Jefe de la oficina de Gestión y Enlace de Cormagdalena, explicó que la ejecución de la fase 3, también ha permitido avanzar en el desarrollo de mesas técnicas de dialogo con las comunidades.
“Igualmente, en mostrar la solución definitiva de estas obras, tanto en ingeniería como en la protección de la orilla, dragado y la nueva vía que comunicará a ambos municipios.”, señaló.
Agregó, que gracias a la articulación entre Cormagdalena y la Universidad del Magdalena, “se ha proyectado esta obra como un éxito para cumplirle a toda la población del municipio de Salamina”.