La modalidad de robo a través de servicios turísticos han aumentado considerablemente.
Santa Marta es una de las ciudades más apetecidas en materia turística por cientos de visitantes nacionales y extranjeros, por lo que los delincuentes se aprovechan para engañarlos vendiéndoles paquetes turísticos falsos o que no cumplen con ciertos requerimientos.
Por eso, el Instituto Distrital de Turismo de Santa Marta -Indetur-, se encuentra desplegando varios operativos de control para garantizar que se ofrezcan servicios óptimos y legales en la ciudad.
“En estos días, hemos estado verificando el cumplimiento de la documentación por parte de los proveedores de servicios turísticos”, informó Marcelino K’david Rada, director de Indetur.
Las autoridades están regulando los precios de las ofertas en las playas para los distintos prestadores, sobre todo en Playa Blanca, que es un balneario distinguido.
“De esta manera se busca ponerle fin a la guerra de precios, y realmente se promueve una elección por parte de los turistas basada en la calidad del servicio, como debería ser”, expresó.
Asimismo, invitó a los turistas a adquirir servicios autorizados, evitando comprarles paquetes a informales, afirmando además que, trabajarán con la Policía de Turismo para sancionar a aquellos que infrinjan la ley.
Cabe recordar que, la modalidad de robo más común son las ventas de hospedajes, que se ejecutan en su mayoría a través de páginas de internet no verificadas e intermediarios informales.
Uno de los casos más recientes, ocurrió en el mes de marzo, cuando un grupo de jóvenes fue engañado por una persona que se hizo pasar por arrendatario, alquilándoles una casa en el Centro Histórico que no existía, y les robo el 50% del anticipo.
Otro hecho que causó mucho revuelvo, mucho revuelo en la ciudad, fue el de una ciudadana venezolana que a 70 turista con una suma de $30 millones por una falsa reserva de 10 apartamentos y un penthouse en un edificio de El Rodadero.
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Por otro lado, están los vendedores informales que ofrecen paquetes turísticos falsos o piratas que no cumplen con las normas necesarias, lo que ha generado muchos disgustos o, inclusive, dejado víctimas fatales.
Tal como sucedió el pasado 5 de marzo, cuando dos turistas murieron tras el naufragio de una lancha contratada de manera informal, que movilizaba a más de 20 personas.
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Al conocerse la noticia, salieron a la luz otros casos como el de una turista chilena que casi pierde la vida con su familia en una lancha que no cumplía con las debidas normas; asimismo el de unos barranquilleros que casi mueren por falta de gasolina de una embarcación.
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El dinero también lo están robando, como sucedió el reciente mes de abril, cuando presuntamente estafaron a un influencer con un tour en el que le cumpliría el sueño a un niño con huesos de Cristal.
Finalmente, se espera que las estrategias diseñadas por las autoridades ayuden a disminuir estos casos que dañan la imagen de la ciudad y pone en riesgo el número de visitantes en cada temporada.