Ya son 29 los delfines que han muerto desde 2002 debido a disparos o ataques relacionados con la pesca ilegal.
Las autoridades estadounidenses buscan a los responsables de la muerte de dos delfines, uno de ellos a causa de un balazo, y ofrecieron una recompensa de hasta 20.000 dólares, así lo informó la Administración Nacional de la Atmósfera y los Océanos (NOAA).
Acosar, cazar, matar o alimentar delfines salvajes conlleva a penas de hasta un año de prisión y multas de hasta 100.000 dólares, de acuerdo con la ley de Protección de Animales Marinos de 1972, recordó la NOAA.
La agencia federal denunció que ya son 29 los delfines que han muerto desde 2002 debido a disparos, heridas de flechas o golpes con objetos relacionados con la actividad pesquera.
Detalló que biólogos del Refugio de Vida Silvestre Costa Esmeralda encontraron uno de los delfines con un disparo en el costado, en la ciudad de Pensacola, en el noroeste de Florida.
En Naples los ambientalistas de la Comisión de Conservación de la Vida Silvestre y Acuática de estado (FWC) hallaron otro ejemplar muerto.
En este caso el mamíferos marino tenía una herida mortal en la cabeza, que había sido producida por una bala o un objeto punzante.
La NOAA lamentó que en menos de un año han muerto cuatro delfines. En mayo del año pasado, indicó, encontraron uno de estos animales con una herida de bala en la Isla Captiva, en la costa oeste de Florida.
Los expertos creen que este tipo de muertes se producen por culpa de las personas que dan de comer a los delfines, ya que después estos animales vinculan la presencia de humanos y barcos con la comida, lo cual los pone en situaciones peligrosas.
“Los delfines pueden llegar a sufrir impactos mortales de los barcos, enredarse, ingerir material de pesca o sufrir actos de violencia intencionada”, detalló la agencia federal.
Recomendó a todos los ciudadanos no dar de comer a estos seres vivos para protegerlos ante este tipo de peligros y evitar castigos y multas.
Recientemente, un hombre tuvo que pagar 1.250 dólares por dar de comer a un delfín mientras se encontraba de vacaciones en Florida.
La organización también está colaborando con el Departamento de Justicia para iniciar las diligencias penales por un caso ocurrido en 2009, cuando un capitán de barco fue detenido por producir bombas caseras que luego tiraba contra los delfines.