Desde el gremio se advierte que el mayor riesgo para la competitividad del destino no es la falta de demanda turística, sino el crecimiento de la informalidad.
El incremento del salario mínimo decretado por el Gobierno Nacional para el año 2026 generó una fuerte preocupación entre los sectores hotelero, turístico, de viajes y gastronómico del Distrito de Santa Marta y el departamento del Magdalena, al advertir efectos directos y estructurales sobre la sostenibilidad financiera de las empresas formales.
Para el sector gastronómico, intensivo en mano de obra y con márgenes operativos ajustados, el aumento salarial representa una presión sin precedentes sobre la nómina, que se suma al incremento sostenido en los costos de insumos y alimentos, afectando especialmente a las micro, pequeñas y medianas empresas.
Le puede interesar:
Desde el gremio se advierte que el mayor riesgo para la competitividad del destino no es la falta de demanda turística, sino el crecimiento de la informalidad, como la hotelería paralela y la oferta ilegal de servicios, que debilitan a quienes cumplen la normatividad y generan empleo formal.
El turismo es una de las actividades económicas con mayor generación de empleo en Colombia, aportando más del 7 % del empleo nacional. En territorios como Santa Marta y el Magdalena, el sector se consolida como uno de los principales motores laborales, especialmente para jóvenes y mujeres, lo que agrava el impacto social de cualquier presión económica sobre las empresas formales.


