Si notas que en 2020 tu mundo se ha puesto patas arriba, toma nota de estos consejos para gestionar el estrés que te irán de perlas para no perder los nervios y vivir más tranquila en 2021
Sal de tu zona de confort, decían. ¿Acaso a estas alturas del año queda alguien que no lo haya hecho? Se puede decir que la vida nos ha empujado fuera de nuestra comodidad y, oye, ahí seguimos, sobreponiéndonos a lo que nos echan. Desde la mascarilla, que nos acompaña donde quiera que vayamos, hasta la incertidumbre que nos rodea, el estar pasando por un duelo o el miedo a salir de nuestras casas, 2020 no está siendo fácil para nadie. Y mira que estamos poniendo todo de nuestra parte para recuperar esa parcela de comodidad que nos ha sido arrebatada: si este finde no podemos quedar con los amigos, hacemos un zoom. A nivel laboral, equilibramos el teletrabajo con la modalidad presencial y nos apretujamos en el transporte público si hace falta. Puede dar la sensación de que podemos con todo pero quizás lo que pasa es que nos hemos convertido en una especie de olla a presión y en algún momento vamos a explotar haciéndonos daño.
Pero no tiene por qué ser así, amiga. Todos estos factores nos están generando estrés, sí, pero podemos empezar a gestionarlo y ver, quizás no el lado bueno de las cosas, pero sí uno diferente que haga que todo sea un poco más fácil de llevar. Carla Sánchez, cofundadora de THE HOLISTIC CONCEPT y experta en bienestar y gestión del estrés, nos ha dado siete consejos prácticos que podemos realizar en casa y en nuestro día a día para que esta situación sea mucho más llevadera.
1. Practica la Aceptación
“Al ser humano no le gustan mucho los cambios, sin embargo, podríamos decir que el cambio es la única variable que realmente se mantiene constante en el universo; no hay un día igual a otro. A muchas personas les ha costado lidiar y tolerar la enorme transformación que ha sufrido nuestro estilo de vida a gran escala; nos guste o no, las cosas son como son y enfadarnos con la realidad no hará que se modifique ni una coma de lo que ha ocurrido”, explica Carla. “Cultivar la aceptación nos ayuda a soltar lastres, a aligerar la carga emocional negativa y a generar nuevas posibilidades, algo emocionante cuando te abres a ello. Es básico desapegarnos de la idea de cómo eran las cosas antes, aunque ese antes sea muy cercano. Aceptar la incertidumbre como algo natural le quita poder y nos hace más libres.”
2. Mente y agenda flexibles y ordenadas
“Se han desdibujado por completo los pocos límites que quedaban entre la oficina y la vida personal. La única manera de afrontar todo esto es haciendo de la flexibilidad nuestra mayor herramienta”, explica Carla. “Hemos comprobado que ser productivos y eficientes, incluso mejor que antes, va de la mano de respetar los tiempos individuales. Ser esclavos de la oficina está a punto de pasar a la historia (si no lo ha hecho ya). Allí donde esté tu ordenador, tu móvil y tu mente, estará tu puesto de trabajo.
3. Acota tu jornada
“Para mantener nuestro equilibrio individual es necesario establecer límites claros en el trabajo y proteger el área privada de nuestras vidas, algo básico si queremos preservar la salud mental. Además, trabajar y rendir al máximo no implica dejar de disfrutar de momentos de relax, por eso es importante aprender a desconectar al final del día”, nos cuenta Carla. “Cuando por fin cerramos el ordenador ese tiempo es todo nuestro y hay que dedicarlo, en la medida de lo posible, a hobbies, diversión y descanso en el formato que más nos guste. Los fines de semana aprovecha para desenchufar del todo y hacer curas de sueño, ocio, naturaleza y deporte.”
4. Cuida tu salud emocional
“La crisis que estamos viviendo ha amplificado la conversación sobre la importancia de la salud mental y emocional, atender nuestras emociones se ha convertido en una necesidad de primer orden. Aquí entra en juego la resiliencia. Un individuo sano es aquel capaz de aceptar sus sentimientos, de cambiar con los acontecimientos y de expresar aquello que siente sin miedo al rechazo. La inteligencia emocional nunca será tu debilidad, sino un músculo que puedes fortalecer cada día.”
5. Sé compasivo
“Nos enfrentamos a un futuro desafiante y habrá momentos en los que no podamos con todo y no pasa nada. Cuando sientas que estás desbordado y que no tienes control, recuerda que sí hay algo que puedes controlar: el cómo reaccionas ante cada situación”, explica la experta. “Aunque a veces no lo parezca, tenemos la capacidad de organizar nuestro tiempo, de mejorar la atención que dedicamos a cada cosa y de llevar un ritmo más tranquilo. Si percibes que tu mente tiende al pesimismo y te ves sobrepasado, acepta esas emociones sin juzgarte con dureza, trata de ser compasivo y piensa que todo pasa.”
6. Dieta consciente
“Comer bien, variado y llevar una alimentación rica en nutrientes es fundamental para que el organismo esté fuerte ante la llegada de las estaciones frías y la constante amenaza del virus. En paralelo, el exceso de estrés impacta negativamente en nuestra salud física y mental”, explica Carla. “Está demostrado que ciertos alimentos pueden ayudar a aumentar la producción de hormonas positivas para el cuerpo. Además, estar bajo presión por largo tiempo debilita el sistema inmunológico, por lo tanto somos más propensos a ponernos enfermos, a la vez que nos expones más fácilmente a estados depresivos o de ansiedad. La clave está en tomar alimentos antiinflamatorios y ricos en componentes que estimulen y fortalezcan nuestro sistema nervioso e inmunológico. Proporcionar un entorno agradable y tomarse la comida con calma hará que el resultado sea aún mejor.”
7. Deporte 3.0
“Tener una rutina consistente de ejercicio debería ser uno de los pilares de la salud de cualquier persona. Está comprobado que es una gran fuente de energía y por más pereza que nos dé ponernos a entrenar a primera hora de la mañana o después del trabajo, hacer al menos 45 minutos de deporte al día marca la diferencia entre ser una persona vigorosa o todo lo contrario. Además, existe una estrecha relación entre la respiración y el estado mental; cuanto más amplia y equilibrada es la forma en la que respiramos más enfocada y serena está la mente. Algunos deportes pueden ayudar a ordenar y ampliar la capacidad pulmonar, beneficios que se notarán no solo en la performance deportiva, sino en cualquier actividad que realices, incluida la intelectual.”