Connect with us

Hi, what are you looking for?

Deportes

Recuerdos del ‘clásico costeño’

Un ‘clásico costeño’ entre Junior y Unión es un partido especial por donde se le mire. Los que han tenido la oportunidad de jugarlo, palpitarlo y sentirlo dan fe de que es un juego distinto al resto, donde se deja a un lado la actualidad, los problemas, las plantillas y las diferencias entre un equipo y otro.

Muchos de los protagonistas del pasado lo catalogan como “un partido a muerte”, pero en el buen sentido de la palabra —sin llevarlo a los extremos—, porque “nadie lo quiere perder”.

“Eran partidos bravos, viví varios clásicos y todos fueron muy especiales. Botín corrido (risas). El fervor que se vivía era único. Yo creo que la misma temperatura caliente de la tierra hacía que los clásicos se subieran de tensión. Quince o diez días antes ya uno los palpitaba, queríamos que el árbitro pitara y que comenzara la faena. Ese día se te olvidaba si te debían plata, si no te habían pagado, todo… uno lo que quería era jugar y dar la vida en la cancha”, cuenta el exdefensor samario Orlando ‘El Salvaje’ Rojas, hoy asistente técnico de Alberto Gamero en el Deportes Tolima y quien tuvo la oportunidad de jugar tanto en Junior como en el Unión Magdalena.

El ambiente que los rodea es único, se juegue en el Romelio, en el ‘Metro’, en el Eduardo Santos o en el Sierra Nevada (sede del partido de mañana). El ‘Papi’ Peña, por ejemplo, no se sonroja en decir que causaban, en la Costa, la misma expectativa que se vive hoy con un ‘clásico español’.

“Eran partidos a ‘muerte’, eso era mejor que un Real Madrid – Barcelona… te lo puedo asegurar. Entre las dos ciudades siempre ha habido un pique bastante jodido. Nadie quería perder y eso se veía reflejado en la cancha. Lo vas a ver el domingo, ellos (los samarios) se preparan únicamente para este partido, y especialmente cuando juegan en Santa Marta, su fortín”, manifestó el histórico exjugador y extécnico del Junior.

Los de antes tenían un toque especial y era el ‘sentido de pertenencia’, porque en la cancha los protagonistas eran los ‘hombres de la casa’. Ese añadido le daba un sabor diferente, más sabroso, más local.

“Los clásicos de antes no son como los de ahora. ¿Por qué? Porque antes la base del Unión era samaria y la del Junior era costeña, barranquillera, y eso lo hacía mucho más especial e intenso. Había más deseo, más compromiso, más sentido de pertenencia. Ahí no importaba en qué posición de la tabla estabas, ni en qué estadio se jugaba, ahí lo único que interesaba era ganar, cada quién peleaba por lo suyo. A mí me fue muy bien en los clásicos”, dice con orgullo Dulio Miranda, exdefensor rojiblanco.

Por ese mismo camino se sitúa el samario Pablo Huguet, quien recuerda con nostalgia aquellas épocas donde los clásicos se disputaban entre la gente del ‘patio’. “Los que se jugaban antes eran los legítimos clásicos costeños. En el Unión todos éramos ‘pescaiteros’ de pura sangre y los del Junior eran barranquilleros. Nos ‘matábamos’ con ellos allá y acá, eso era sangre y arena (risas)”, recuerda el exdefensor.

‘El Pibe’ Valderrama fue uno de los grandes protagonistas en la historia de los clásicos, jugando tanto en Junior como en Unión. El ‘Mono’ recuerda el ambiente que se vivía en esos partidos.

“‘El Champion’ (Édgar Perea), de entrada, te echaba la gente encima: aquí no ‘coman’ de pelo amarillo ni nada (refiriéndose a él), aquí solo es Junior tu papá (risas)”, recuerda.

“Eran sangre y arena. Me enfrenté con ‘Lucho’ Grau, Mario Coll y Juan Carlos Abello, este último me metió una plancha allá en Santa Marta. Yo me levanté y le dije: ‘qué es la vaina’. Peleaba con él a cada rato. Ahora somos muy buenos amigos. Era crack”, agrega.

Víctor Danilo Pacheco recuerda la dureza con la que se jugaba, además de las bromas que se hacían entre cada equipo y que en algunas oportunidades generó uno que otro roce dentro del campo.

“Eso era una zapatera brava. Recuerdo que una vez el Unión paró una línea de tres en el medio y Junior también, y los únicos que jugábamos sueltos éramos Marcelo Ibáñez, del lado de ellos, y yo en el Junior. Eso salíamos volando de un lado al otro. ‘Allá va Pacheco, allá va Ibáñez’. Eso era una locura”, cuenta entre risas.

“Recuerdo otra anécdota. Una vez le ganamos un clásico en Barranquilla y no recuerdo si fue el ‘Pibe’ o Valenciano que se sentó en el balón y los del Unión se tomaron eso como una burla. En el clásico siguiente ellos nos ganan y se sientan en el balón y ya se iba a formar la pelotera y yo les digo: ‘bueno y entonces, por qué se van a emputar si ustedes hicieron lo mismo allá”, recuerda.

Por su parte, el ‘Mono’ Herrera, uno de los goleadores históricos del Unión, recuerda una frase particular que siempre les inculcaba el DT Eduardo Retat.

“El profe nos decía que él podía perder hasta con el ‘Deportivo Chequita’, pero con Junior, no… que ese partido era a ‘muerte’, y mucho más en Santa Marta. Cuando él estuvo, en eso del 2002 y 2003, no recuerdo haber perdido con Junior acá. Lindas épocas”, concluye.

Written By

Te puede interesar