Cada adulto en el mundo consumió en promedio 6,5 litros de alcohol puro en el 2017, frente a los 5,9 litros de 1990, y esta tendencia podría alcanzar 7,6 litros para 2030, según las estimaciones establecidas a partir de los datos de 189 países que recoge un estudio publicado este miércoles en la revista médica británica The Lancet.
Entre 1990 y el 2017, la prevalencia de abstinencia pasó del 46 al 43 por ciento en el mundo, algo que contrasta en un aumento del 45 al 47 por ciento en el consumo. Y se cree que esa tendencia se marcará aún más para el 2030, de acuerdo con los investigadores.
El 20 por ciento de los jóvenes son consumidores fuertes, una cifra dos puntos por encima de lo que se presentaba en 1990.
Estos resultados chocan con el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de reducir un 10 % para 2025 el “consumo nocivo de alcohol”, alerta Jakob Manthey, investigador en psicología clínica en la Universidad Técnica de Dresde, autor principal del estudio.
Lo grave es que el consumo de alcohol disminuye o se estanca en los países ricos, que tienen mejores posibilidades de combatir sus efectos, pero tiende a aumentar en los países cuyo nivel de vida crece, como India y China, lo que compromete la lucha contra sus estragos para la salud.
Las costumbres varían según el sexo a nivel global. Los hombres consumían en promedio 9,8 litros de alcohol puro en el 2017, frente a solo 2,7 litros ingeridos por las mujeres. Esta brecha podría “disminuir ligeramente” para 2030, apuntan los investigadores.
Además, cerca de una cuarta parte (23 %) experimentará un alcoholismo masivo (al menos seis bebidas estándar en una ocasión, es decir al menos 60 gramos de alcohol puro) al menos una vez al mes.
¿DÓNDE SE BEBE MÁS?
Actualmente, el consumo per cápita más elevado en el mundo se concentra en Europa, pero está en descenso (-20 % en 27 años, a 9,8 litros por habitante) debido especialmente al claro retroceso en algunas exrepúblicas soviéticas y países de Europa del Este, explican los investigadores.
Por el contrario, se observa un fenómeno de ascenso en países con ingresos medios como China, India y Vietnam, apoyado por “las transiciones económicas y el crecimiento de la riqueza”. Estos tres países tienen ahora “niveles de consumo superiores a algunos países europeos” (7,4, 5,9, y 8,9 litros, respectivamente), expone el artículo.
En todo el Sudeste Asiático, el consumo medio se duplicó entre 1990 y el 2017 hasta llegar a los 4,7 litros por persona. En la región “Pacífico occidental”, que incluye principalmente China, Japón y Australia, creció un 54 %.
El nivel de ingesta de alcohol registrado permanece en cambio estable y muy limitado en África del Norte y en Oriente Medio (menos de un litro por adulto y por año).
El consumo de alcohol ha sido tradicionalmente más bajo en Sudamérica que en países de América del Norte, según el estudio, que indica que en los últimos trece años se observaron tendencias relativamente estables en regiones de América.
En el 2017 el consumo de alcohol puro para ambos sexos en Norte América (con altos ingresos) fue de 9,7 litros; en el Caribe, de 6,2; en América Central, de 5,8; en la región andina, de 5,6; en Sudamérica, de 9,6; y en países tropicales, de 7,4.
El consumo per cápita en Colombia se ubicó en un rango de 2 a 3,9 litros de alcohol puro en el 2017.
Este “cambio de paisaje” debe incitar a los países más afectados a adoptar medidas que han resultado eficaces en otros lugares.
Se debe recordar que el alcohol representa “un factor de riesgo mayor” en la aparición de muchas enfermedades, como patologías digestivas, cardiovasculares y algunos cánceres, así como en lesiones personales y accidentes.
Y por eso, la carga sanitaria vinculada a la bebida va a “aumentar probablemente en comparación con otros factores de riesgo”.
Las medidas como el alza de los precios de venta y de control de la distribución, que demostraron su eficacia en los países ricos, podrían en cambio ser menos satisfactorias en países donde gran parte del consumo llega por circuitos no oficiales, advierte Sarah Callinan, del Centre for Alcohol Policy Research de la Universidad La Trobe en Melbourne (Australia).
Ella recomienda también, en un comentario independiente sobre el estudio, insistir en “estrictas restricciones a la publicidad y otras actividades de promoción”, así como en “medidas rigurosas contra el alcohol y la conducción”.
La ingesta nociva de alcohol provoca 3.000 millones de muertes al año, de los tres de cada cuatro son hombres, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este recuento incluye a las personas fallecidas en accidentes de tráfico o por la violencia ligada al consumo de alcohol.