La Alma Mater sembró los ejemplares en dos zonas estratégicas de su campus. En el país se sembraron más de 7,2 millones de especies.
La Universidad del Magdalena, a través de sus programas de Biología, Ingeniería Agronómica e Ingeniería Ambiental y Sanitaria, se sumó a la Gran Sembratón Nacional, una iniciativa liderada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible que tiene como meta plantar 180 millones de árboles de aquí a 2022.
En la jornada desarrollada en el campus de la Alma Mater, se logró una masiva participación de estudiantes, docentes, directivos, administrativos y familiares de miembros de la comunidad universitaria, quienes sembraron 100 especies nativas en la granja experimental y la zona posterior de la cancha de softbol.
Los ejemplares plantados fueron trébol, ébano y otras pertenecientes a las familias fabáceas y malváceas, que por su naturaleza se adaptan y contribuyen al mejoramiento de las condiciones ambientales agrestes del bosque seco tropical, el cual es un ecosistema dominante en la región Caribe y emblemático en el campus de esta Casa de Estudios Superiores.
“El objetivo es cubrir todas las zonas abiertas o desprotegidas en cuyo suelo no se encuentra vegetación. Esta actividad hace parte de la labor que hacemos como Universidad. Todas estas semillas que sembramos van a dar su fruto en las próximas generaciones”, aseguró el biólogo Wilson García Martínez, coordinador del Bosque Seco Tropical, adscrito a la Facultad de Ciencias Básicas de la Institución.
A nivel nacional fueron 125 corporaciones ambientales, alcaldías, gobernaciones, empresas, instituciones educativas, entre otras entidades, las que se unieron al propósito de restauración y recuperación, gracias a las cuales se superó la meta establecida para la jornada y se llegó a 7,2 millones de árboles plantados.
Con botas y herramientas, los estudiantes fueron los principales protagonistas de la Gran Sembratón Nacional.
“Nos apropiamos de estas actividades no solamente por mostrar la importancia que tiene la naturaleza en nuestra región, sino también la necesidad de conservar estos ecosistemas que están muy fragmentados”, argumentó Aldair Castrillo Miranda, estudiante de grado del Programa de Biología.
La jornada también fue una oportunidad para inculcar en lo niños el sentido de pertenencia, el amor y el cuidado por la naturaleza. Por ello, docentes y administrativos asistieron con sus hijos para que estos pusieran sus manos al servicio de la causa ambiental.
Dentro de cuatro y cinco años, los árboles nativos sembrados alcanzarán la edad juvenil y conformarán un significativo bosque en el ecosistema de la Universidad.