Es la primera cohorte que tendrá practicantes en el Hospital General de Medellín y la Fundación Cardiovascular de Colombia en Bucaramanga.
Una emotiva y especial ceremonia realizó la Universidad del Magdalena para marcar la transición de 19 estudiantes de décimo semestre del Programa de Medicina hacia sus prácticas profesionales.
Se trató de un acto de imposición de batas blancas, donde los futuros médicos recibieron de sus docentes la prenda que representa la pureza de su ejercicio profesional y la facultad de intervenir con ética y humanismo la vida de otros seres humanos.
La ceremonia fue presidida por Ángela Romero Cárdenas, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud; la médica magíster María Meñaca Guerrero, directora del Programa de Medicina, y la médica especialista María Acosta Convers, docente de esta unidad académica.
“Demuéstrenle a la sociedad ese nuevo profesional de Medicina que van a ser, que tienen criterios éticos, morales, científicos y humanistas. Vamos a dar cambio en esta sociedad que requiere del apoyo”, expresó la decana Romero Cárdenas en la apertura de la ceremonia.
Así mismo, la directiva de la Facultad destacó que es la primera vez que estudiantes de la Alma Mater desarrollarán su internado rotatorio en el Hospital General de Medellín y la Fundación Cardiovascular de Colombia en Bucaramanga, fruto de convenios de docencia-servicio alcanzados por el Programa.
Los jóvenes también pondrán en práctica sus conocimientos en instituciones prestadoras del servicio de salud del país, como el Hospital Universitario Julio Méndez Barreneche, Hospital Rosario Pumarejo de López, E.S.E. Universitaria del Atlántico, Clínica Avidanti, y las universidades del Valle y de Cartagena.
Este evento fue propicio para que los nuevos médicos internos recordaran los principios de su formación profesional que, a lo largo de 10 semestres, se caracteriza por fomentar el alto grado de compromiso social y pertinencia en la promoción,
En el acto también estuvieron presentes familiares que rememoraron los esfuerzos de los jóvenes para alcanzar esta etapa.
“Ya salieron de los cuadernos y los apuntes, a vivir la medicina como tal. Fueron noches extensas de trasnochos, hacían turnos, unos dormían mientras que los otros los reemplazaban”, evocó Johanna Barrios Antolínez, madre de la estudiante Diana Capacho.