En una ceremonia de imposición de batas blancas, los estudiantes recibieron de la Alma Mater el aval para iniciar sus prácticas profesionales.
Tras surtir diez semestres de formación de alta calidad y haber aprobado todos los requisitos académicos, 56 estudiantes del Programa de Medicina de la Universidad del Magdalena recibieron aprobación para iniciar la etapa de internado rotatorio.
La transición hacia sus prácticas profesionales se llevó a cabo mediante una ceremonia solemne de imposición de batas blancas, en la que los docentes entregaron el distintivo atuendo que les confiere el poder de intervenir con responsabilidad, ética y profesionalismo en la vida de otros seres humanos.
“Le estamos brindando a la sociedad nuevos médicos internos con alto grado de humanismo, que fueron formados en un programa acreditado en alta calidad y en una universidad incluyente e innovadora”, afirmó la médica magíster María Angélica Meñaca Guerrero, directora del Programa de Medicina.
Los estudiantes desempeñarán su primer ejercicio a nivel profesional en instituciones de salud de Santa Marta, la región Caribe y otras ciudades de Colombia con las que Unimagdalena tiene convenios de docencia-servicio.
Camilo Guerra Daza, quien recibió la bata blanca, argumentó que está seguro de que realizará un buen trabajo durante su internado rotatorio, por la educación recibida en la Alma Mater: “Espero ser esa persona que represente todo lo que la Universidad me ha brindado”.
Médicos internos de Talento Magdalena
Con beneplácito, otro nuevo grupo de beneficiarios del programa Talento Magdalena demuestra el éxito de la estrategia institucional liderada por el Rector Pablo Vera Salazar al llegar a esta etapa que los aproxima a su título de pregrado.
Son ocho jóvenes provenientes de diversos municipios del departamento del Magdalena, como Andrea Padilla Flórez, oriunda de San Sebastián, que ingresaron a la Universidad para cumplir su sueño y recibieron los recursos para transformar sus vidas y sus territorios.
“La Universidad cuenta con gran planta docente, son óptimos los lugares de práctica y se adquieren todos los conocimientos necesarios. Estoy completamente feliz y me complace que todo dio frutos”, expresó la becaria de Talento Magdalena.
Para los docentes, la ceremonia de imposición de batas blancas es un momento emblemático y emocionante, porque ven el resultado del conocimiento compartido con los futuros profesionales.
“Es un orgullo, es gratificante haber sido parte de su formación. Estoy confiada en su formación, esperando trabajar con ellos. Están al mismo nivel de universidades a nivel nacional y tienen un desenvolvimiento increíble”, aseguró la médica magíster Johanna Rivas Rodríguez, docente del programa.
El Programa de Medicina, alineado al compromiso con la calidad educativa de Unimagdalena y respaldado por su acreditación nacional, busca que los futuros médicos sean capaces de proporcionar promoción, prevención y tratamiento, con pertinencia frente a las necesidades de salud del territorio.