Ron, cerveza, altos decibeles en el volumen de la música, comida y todo lo que hace sinónimo con la contaminación y el desorden es lo que se pudo apreciar durante el fin de semana en las playas de El Rodadero.
Sin ningún tipo de regulación ni vigilancia por parte de las autoridades, el decreto de ampliación de horario de cierre de playa en el Rodadero ha sido violado por turistas y comerciantes de este balneario de Santa Marta.
En varias ocasiones, tanto operadores turísticos, como el mismo gerente de la ProRodadero, Iván Calderón, habían advertido sobre las consecuencias que podría causar al destino la falta de controles y vigilancia a la prolongación del horario permitido que va ahora hasta las 10 de la noche.
Este fin de semana se registraron varias quejas de la comunidad por visitantes y comerciantes que protagonizaron actos de mal comportamiento.
La medida expedida por la Alcaldía en respuesta a una solicitud del sector turístico, define que será permitido el uso de la playa a partir de las 5:00 de la mañana hasta las 10:00 de la noche, únicamente en el sector turístico en temporadas altas y puentes festivos.
Precisamente la ausencia de personal institucional de la Policía y la Alcaldía, dio lugar a que los turistas que llegaron a visitar la ciudad, invadieran la zona de playa con sillas, alimentos y bebidas hasta amplias horas de la madrugada.
Los propios comerciantes y vendedores ambulantes, incumplieron los compromisos establecidos en el decreto y alquilaron silletería y vendieron todo tipo de productos, contribuyendo al desorden en el balneario.
Incluso las personas, no conformes con permanecer en la playa en horario restringido, también ingresaron al mar donde siguieron con la celebración hasta el amanecer. Lo más preocupante es que tampoco existían los mecanismos de vigilancia suficientes.
En el lugar solo se encontraban tres policías, los cuales se quedaron sin combustible en su motocicleta para ejercer patrullaje. Uno de los uniformados aseguró que se cansaron de pedirles a los visitantes que desalojaran la playa, porque, aunque acataban la petición posteriormente regresaban a tomarse el lugar.
El gerente de Pro-Rodadero, Iván Calderó, asegura que es necesario que junto al decreto se establezcan también una mejor intervención para que tantos visitantes como comerciantes cumplan con el nuevo horario sin generar perjudicial al balneario de El Rodadero.
“En este lugar es necesario que se hagan más operativos especialmente durante la noche en las épocas que aumenta el flujo de visitantes, pues la presencia de vendedores venezolanos aumenta, al igual que la mendicidad infantil y otras actividades que alteran la tranquilidad para los residentes y para el ecosistema”, manifestó Calderón”, manifestó Calderón.