La situación jurídica del exfutbolista de la Selección Colombia Mauricio ‘el Chicho’ Serna, se acaba de complicar ante las autoridades de Argentina. Un exnarco accedió a declarar dentro del proceso que se le sigue a Serna y a los herederos del capo Pablo Escobar, por presunto lavado de activos derivados del narcotráfico.
En efecto, dentro de un programa de colaboración judicial, fiscales de la Procuraduría argentina viajaron, la primera semana de junio, a Estados Unidos a tomar el testimonio en el que se asegura que el exjugador se convirtió en el testaferro de Carlos Mario Aguilar, alias Rogelio, heredero de la estructura narcoparamilitar conocida como ‘la Oficina de Envigado’.
‘Rogelio’ se desempeñaba como miembro del CTI de la Fiscalía y le fue asignada la vigilancia de la familia de Escobar, cuando el gobierno ordenó su recaptura. En ese rol terminó aliado con el Grupo Perseguidos por Pablo Escobar (PEPES) y luego se convirtió en uno de sus cabecillas y en hombre de confianza de alias ‘Don Berna’. Además, que parte del dinero que obtuvo en el narcotráfico lo blanqueó en Argentina, a través del jugador colombiano.
Según el diario Clarín de Argentina, el testigo también habló de José Bayron Piedrahíta Ceballos, el señalado capo vinculado con los herederos de Escobar, al que le habrían lavado tres millones de dólares a través de una operación inmobiliaria en ese país.
Piedrahíta fue descrito como lugarteniente y hombre de confianza de Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, jefes del extinto cartel de Cali.
“En este punto aseguró que el colombiano llegó a controlar una producción de 500 kilos diarios de cocaína, lo que le dejaba una ganancia de 50 mil dólares cada 24 horas. Él era el proveedor de materia prima del cartel”, señala el medio argentino.
El propio Piedrahíta le admitió a reporteros de EL TIEMPO su nexo con miembros del cartel de Cali, pero dijo que se limitaron a negocios lícitos de venta de carne y ganado. No obstante, admitió que tuvo que huir de Medellín luego de que Escobar asesinara a su hermano.
Ante la nueva evidencia que implica al exjugador, quien también estuvo en el Boca Junior, este hizo saber que no dará declaraciones públicas y que sus abogados serán sus voceros.
Tanto Serna como los herederos de Escobar han dicho que las transacciones inmobiliarias que se investigan fueron lícitas. Y la defensa de Piedrahita insiste en que los tres millones de dólares que invirtió eran producto de negocios legales hechos en Colombia.