Familiares de la víctima piden a las autoridades que capturen a la mujer pues se encuentra libre.
Como Fernando Vargas Serna, de 53 años, fue identificado el hombre que falleció en el centro médico donde era atendido desde el pasado 28 de noviembre, luego de ser atacado por su pareja sentimental con un destornillador en la cabeza, afectándole un ojo y funciones cerebrales.
En una entrevista a Q’hubo, una familiar de la víctima contó que “él llegó a la vivienda para recoger unas neveras; ya había sacado su ropa, pues se iba a vivir con mi abuela, y estaba esperando a mi papá para que le ayudara a transportarlas. Mientras esperaba, al parecer se acostó en un colchón, y entonces la mujer, L. Arango (de 33 años), llegó y le enterró el destornillador cerca del ojo, alcanzando su cerebro”, relató Jéssica, sobrina de Fernando.
La joven añadió que “una vecina fue quien alertó a la familia sobre lo ocurrido. La vecina llegó a decirnos que algo malo había sucedido con Fernando y que su mujer estaba llorando, pues decía que había matado a mi tío. Salimos corriendo y cuando llegamos, los policías estaban afuera de la casa. Desde allí se veía a mi tío en el colchón, casi muerto. Decían que él estaba borracho, pero no le tomaron los signos vitales ni lo auxiliaron, fueron muy inhumanos”.
Agregó que “mi papá me pidió que trajera un carro rápido, mi tío estaba mirando al techo con las manos en el pecho y ella estaba sobre él. Mi esposo lo llevó al Hospital de Chircales, donde la doctora nos dijo que llevaba alrededor de media hora así y que estaba prácticamente muerto. Lo tuvieron que intubar. Los policías, en su reporte, mintieron, pues dijeron que mi tío había abierto la puerta y que tenía una cortada en la cara, pero no mencionaron que el destornillador con el que fue atacado estaba en la escena”, detalló Jéssica.
Fernando falleció y su familia señaló que, hasta el momento, no se ha emitido una orden de captura contra la mujer. Cabe destacar que el mismo día de los hechos, ella fue capturada, pero posteriormente la dejaron en libertad. Los dolientes de Fernando claman justicia.