El impoconsumo y la inflación tienen ‘temblando’ a los comerciantes que, por no perder su clientela se abstienen de aumentar los costos.
El sector gastronómico de Santa Marta está en crisis por el cobro del nuevo impuesto al consumo del 8%, que empezó a regir desde el 1 de enero del 2023. La medida se tomó pese al llamado que le hicieron los empresarios al Gobierno Nacional para que esta alza fuese paulatina.
A esta situación, se le suma la inflación, el aumento del costo de la materia prima, los arriendos, el pago de nómina y el incremento de los servicios públicos, lo que coloca a ‘temblar’ a los empresarios, ya que se ven obligados a aumentar los valores de los productos.
“Solicitamos que el impoconsumo iniciara con el 4% y terminara el año en el 8%, sin embargo, no fue así. Hoy, los empresarios están asumiendo ese porcentaje y los demás sobrecostos, para poder mantener su clientela”, dijo Paola Narváez, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica Magdalena –Acodres-.
De acuerdo con la ejecutiva, este nuevo impuesto tiene gran repercusión en este importante sector, ya que, sumado a los costos fijos y variables que asumen las organizaciones mes a mes, termina impactando directamente al consumidor final.
“A un restaurante no le sirve subir los precios, porque la gente lo nota y no consume. Por ende, no podrán mantenerse activos. No obstante, hay que mencionar que esta subida no es un capricho de la industria, sino una opción necesaria para seguir funcionando”, indicó Narváez.
Por otra parte, desde Acodres Magdalena, anunciaron que continuarán fortaleciéndose al sector gastronómico en materia de establecimientos, para que grandes inversionistas coloquen su mirada sobre Santa Marta.
En ese mismo orden de ideas, buscarán realizar nuevos e innovadores eventos gastronómicos, generando experiencias positivas en cada restaurante de la capital del Magdalena, para convertirse al sector en una potencia turística y cultural.