A la luz de los hechos, la creciente rivalidad entre Dávila y De la Espriella podría sepultar la posibilidad de una consulta conjunta.
Una sonada y muy significativa ausencia podría marcar el rumbo de la consulta que sectores de derecha y centro-derecha buscan concretar en marzo del próximo año.
El proceso, que pretende definir al candidato único del antipetrismo y la oposición para las elecciones presidenciales de 2026, enfrenta un vacío que no sería menor del camino podrían apartarse la periodista Vicky Dávila y el abogado Abelardo de la Espriella.
A juzgar por los hechos recientes y por un enfrentamiento cada vez más visceral, ambos parecen no caber en una misma consulta. En las últimas semanas, los dos precandidatos virales por sus posiciones firmes y su estilo frontal en redes sociales han intensificado una disputa marcada por sus diferencias sobre Venezuela, la defensa de personajes cuestionados e incluso por sus vínculos familiares y personales.
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Más allá de los ataques cruzados, la pugna entre dos de las figuras más visibles de la derecha amenaza con fracturar los esfuerzos por consolidar un bloque unido que logre hacer frente al candidato que busque continuar las banderas del presidente Gustavo Petro.
De acuerdo con el profesor Jorge Iván Cuervo, analista político y docente de la Facultad de Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, Dávila y De la Espriella se disputan un mismo nicho electoral que denomina “la derecha no uribista”: una facción que simpatiza con el Centro Democrático, pero que no se adscribe formalmente a su estructura partidista.
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“La disputa por los simpatizantes de esa orilla personas de derecha que no están afiliadas al uribismo ha exacerbado los ánimos entre ambos. Vicky Dávila se posicionó primero, abordando temas de seguridad y críticas al Gobierno Petro, lo que le dio cierta ventaja. Luego apareció De la Espriella, y su estilo mediático parece haber conectado más con esa franja del electorado”, explicó Cuervo.
El analista considera que, en lugar de buscar la unidad, ambos han optado por el choque. “Vicky Dávila entiende que su rival inmediato no es el centro ni el candidato del uribismo, sino Abelardo de la Espriella”, añadió.
La confrontación entre ambos no sería tan relevante si no coincidiera con un escenario adverso para la derecha y el centro-derecha, sectores que aún no logran articular un liderazgo unificado. Hoy, la gran dificultad de esta corriente política es encontrar una figura capaz de representar sus intereses sin fragmentar apoyos ni diluir fuerzas frente al petrismo.
“Todavía no hay un bloque consolidado y persiste una gran discusión sobre quién será el candidato o candidata que mejor refleje los temas tradicionales de la derecha. Hay mucha división, muchos intereses y demasiados aspirantes”, puntualizó Cuervo.
Por ahora, el espectro se mueve en dos grandes frentes. De un lado, con el expresidente Álvaro Uribe Vélez como figura de cohesión, se ubica un sector que reúne al Centro Democrático, Cambio Radical, el Partido Conservador, sectores del Liberalismo y dirigentes como el exministro Juan Carlos Pinzón.
En este grupo también podrían confluir exgobernadores y exalcaldes que reivindican la descentralización, como Aníbal Gaviria, Juan Guillermo Zuluaga, Héctor Olimpo Espinosa y Juan Carlos Cárdenas.
Del otro, aparece un bloque más cohesionado, encabezado por el exsenador David Luna, junto con Juan Manuel Galán, líder del Nuevo Liberalismo, y el exministro Mauricio Cárdenas. A este sector se le han acercado figuras como el exgobernador Sergio Fajardo, el exconcejal Juan Daniel Oviedo, el exalcalde Enrique Peñalosa y el excontralor Carlos Felipe Córdoba.
A la luz de los hechos, la creciente rivalidad entre Dávila y De la Espriella podría sepultar la posibilidad de una consulta conjunta. Si no hay reconciliación entre ambos, la derecha llegará a marzo con más divisiones que consensos, justo en el momento en que más necesita mostrar unidad.


