Esta población, desplazada por la violencia, denuncia que el gobierno municipal y departamental no les ha cumplido con la pavimentación de la vía de acceso al corregimiento.
Abandonados y olvidados se sienten los habitantes del corregimiento de Santa Rita, en el municipio de Remolino, Magdalena; una población desplazada por la violencia que ha decidido retornar a sus tierras por la falta de garantías del Gobierno Nacional.
Cerca de 200 familias víctimas decidieron regresar al departamento, con lo poco que se llevaron y empezar de cero, sin embargo, denuncian la negligencia de la Alcaldía Municipal, la gobernación, y estado colombiano, por la falta de ejecución en las obras para la comunidad.
Según lo manifestado por el presidente de la Junta de Acción Comunidad, Neiber Pertúz, los habitantes vienen sufriendo por las inundaciones del caño renegado y las fuertes lluvias que se registran en el pueblo, ocasionado que la única vía de acceso sea imposible transitarla.
“Se nos inunda la vía de acceso principal. El alcalde y el gobernador tienen una sentencia por un juzgado de restitución de tierra para que arreglen esta calle, pero nunca han hecho nada, ellos han omitido la orden”, agregó el presidente comunal.
También señaló que, el exalcalde José Nolasco Hernández prometió mejoramiento en la vía con la construcción de una placa huella, pero esta nunca se vio reflejada en la comunidad.
“El nuevo alcalde Carlos Vargas instaló unos sacos en la vía, eso es solo lo que han puesto, no les da pena ese trabajo y eso que el Instituto Nacional de Vías -Invias- les entregó recursos para esta población víctima de la violencia”, dijo.
Son alrededor de cuatro kilómetros que indica la sentencia deben ser mejorados, que es la distancia que conectan al corregimiento con la cabecera municipal.
“Nosotros lo que queremos es reclamar nuestros derechos como desplazados, así lo indica la sentencia que los gobierno municipales y departamentales nos deben arreglar las vías. No es justo que suframos con inundaciones”, aseveró.
Además, piden que las obras pendientes sean de material de calidad y no de tierra, porque con las lluvias se empeora la movilidad por el barro que se acumula en toda la población, ya que esta es una localidad en donde no hay calles pavimentadas, calidad de servicio de agua o luz.
“El agua llega a las casas en un mal estado, no es un agua para el consumo. Muchos niños se han enfermado de la piel y hasta diarrea han presentado. Aquí el agua lo maneja la alcaldía y la empresa de agua, pero nunca nos arreglan nada”, agregó.
Con esta denuncia, la comunidad busca llamar la atención de las autoridades para que volteen su mirada a esta población desplazada por la violencia, que carece de oportunidades, y sus moradores han sufrido la guerra del conflicto armado y el abandono de un estado.