En la Universidad del Magdalena estudian actualmente 67 estudiantes con discapacidad.
Luis Miguel Henríquez Orozco, se acaba de graduar como Licenciado en Educación Básica con Énfasis en Informática. Todas sus emociones las expresa con las manos, cuerpo y rostro. Es sordo. Y con la tenacidad que caracteriza a los discapacitados que luchan por superar los obstáculos que le ha puesto la vida, no cabe en su cuerpo de la emoción que le produce este título profesional.
“Cuando hago retrospectiva y recuerdo cuando empecé, era un poco confuso, un poco difícil muchas cosas. La comunicación con mis compañeros oyentes no siempre fue tan fácil. Agradezco la compañía de los intérpretes, ahora estamos en un proceso de inclusión muy bueno, pero en un principio fue bastante complicado. De todas maneras, para mí, el estudio no ha sido fácil, ha requerido de gran lucha, pero creo que fue un objetivo que pude alcanzar desde que empecé en 2015 hasta ahora”, manifiesta Luis Henríquez.
Las políticas de inclusión de la Universidad del Magdalena han generado un impacto positivo tanto al interior de la Alma Mater como en las personas con algún tipo de discapacidad en la región Caribe. Desde que se implementaron como una política institucional desde el plan de Gobierno del Rector Pablo Vera, ‘Una universidad incluyente e innovadora’, período 2016 – 2020, los sueños de los discapacitados se han materializado al poder encontrar en esta Casa de Estudios Superiores, ese lugar donde los sueños se hacen posible a través de una educación superior de alta calidad.
“Poder salir adelante día tras día, superar todas las barreras, me siento muy contento de eso. Algunas materias han sido muy difíciles, han requerido de esfuerzos mucho más grande, pero gracias a Dios ya pude alcanzar ese objetivo, me siento feliz, es 2021, y pude hacerlo gracias a Dios”.
De acuerdo al más reciente informe de Rendición de Cuentas de la Vicerrectoría Académica, llevado a a cabo el pasado 13 de diciembre, la Universidad contó en el segundo periodo de este año con 67 estudiantes con discapacidad: 18 visual, 23 física, 9 psicosocial, 1 intelectual, 23 múltiple y 14 auditiva.
“Hoy me gradúo, la idea es poder abrir puertas en instituciones educativas, conozco algunas. Ojalá tenga la oportunidad de poder empezar a trabajar y dar todo lo que he aprendido a estos estudiantes, que entiendan un poco qué es una persona sorda, a enseñarles mi identidad, lo que nosotros somos, es un compromiso que tengo muy grande y quiero asumirlo de manera muy responsable”.
Luis Miguel tiene 39 años y en febrero cumple 40. Está casado con una esposa que también es sorda y egresada de esta universidad. Su hogar se completa con un hijo de 11 años que estudia en el Colegio San José, que no tiene ningún tipo de limitación física, y que se siente supremamente orgullo de sus padres, por eso lo grita a los cuatro vientos:
“Me siento muy orgulloso de él porque sé que se ha esforzado y, además, aparte de la Universidad, ha sacado el tiempo para hacerme feliz, por eso me siento muy orgullo de él, porque a pesar de que tenga su limitación auditiva pudo salir adelante y demostrar que el aprendizaje no tiene edad (…) los amo mucho, me siento muy orgullo de ellos, sin ellos no puedo vivir, ellos son mi todo” expresó Luis Eduardo Henríquez Martinier, su hijo.