A Carlos Queiroz le pasaron factura las estrepitosas derrotas en la más reciente fecha de las eliminatorias sudamericanas al Mundial de Qatar 2022; rumores de enfrentamientos entre jugadores y hasta inconformidades de algunos con su trabajo, se pusieron a la orden del día.
Hoy, tras su salida como técnico de la Selección Colombia –la cual tuvo ires y venires-, descansa en Lisboa con el sinsabor de haber podido dar más y por qué no, llevar al combinado nacional a la cita mundialista.
En entrevista exclusiva a la agencia EFE, entiende que no se puede trabajar con las mismas herramientas de la antigua normalidad; aun así, el entrenador nacido en Mozambique dice que fue feliz en su etapa con la tricolor.
Entre las declaraciones que dio al medio, confiesa que las intrigas forman parte de las sociedades libres; recuerda que el vestuario y el equipo era una “auténtica familia”; lamenta no haber contado con James al cien por cien, hasta justo su marcha del equipo nacional.
Sobre la Federación Colombiana de Fútbol, fue enfático: “No puso coraje cuando llegó la tormenta”. Y defiende su trabajo con números. “Fue un orgullo, un privilegio y un honor trabajar en la selección de Colombia”, reiteró.
“Él es un ganador. En plena pandemia, el fútbol está siendo cruel con los entrenadores. Lo tiene claro. Los procesos se alteran. Y las decisiones se precipitan”, citan varios medios internacionales de la agencia; sobre eso y tras un gran éxito en la dirección de Irán antes de dirigir a Colombia, dijo:
“Llegué a Colombia con mucha ilusión de lograr la quinta calificación para una Copa del Mundo. Y siempre esperas de una Federación decisiones que no pueden ser de la calle, tienen que contar decisiones con convicción y coraje. La clasificación para el Mundial en Sudamérica es una de las competiciones más difíciles en el mundo del fútbol. No es un camino recto. La calificación no es como empieza, es como termina. Tras una mala racha de resultados, la Federación no ha tenido coraje de enfrentarse a las tormentas que llegan. Han tomado una decisión que tengo que aceptar, pero con la que no estoy de acuerdo. Los hechos muestran que no es una decisión racional, pero es su decisión”.
El nacionalizado portugués agregó: “Estoy agradecido por la oportunidad de ser seleccionador de Colombia. He sido el seleccionador europeo de Sudamérica. Ha sido un honor, un privilegio grande. Desafortunadamente, tras los dos últimos resultados contra Uruguay y Ecuador, la Federación no demostró el mismo coraje que mostró al principio”.
¿Cree que ser un técnico europeo implica tener un menor conocimiento del fútbol colombiano, de no tener ese pulso del día a día? Se le ha criticado este asunto.
Normal, la tradición en los últimos 20 años del fútbol en Sudamérica dice que los entrenadores europeos allí es algo muy raro. El lenguaje y el fútbol moderno es solamente uno. Cuando trabajas con Colombia, Brasil, Uruguay… trabajas con jugadores que compiten en Europa. La clasificación en Sudamérica no es fútbol sudamericano, cuando jugábamos en la cancha estábamos viendo jugadores formados en Europa, con la mentalidad del fútbol europeo, jugando en Sudamérica.
En el fútbol no hay nacionalidades ni religiones; es el fútbol. Personas que miran de fuera aportan condicionantes fuera del fútbol, pero un entrenador europeo en Sudamérica debería ser algo normal como es al revés, aportando cosas muy buenas al fútbol mundial. No es un problema ser un entrenador formado en Europa.
¿Hubo de verdad alta tensión en el vestuario entre sus jugadores?
Fue todo fenomenal. Es sorprendente ver la familia que forma la selección de Colombia. Es una cosa muy atractiva, muy amistosa y cariñosa. Nosotros sabemos y nos gusta el fútbol; sabemos que hay un precio que tenemos que pagar cuando vivimos en una sociedad libre. Hay un precio a pagar, si nosotros no sabemos convivir con las mentiras, es que no sabemos nada del fútbol y de la vida.
Después del partido de Chile, dijeron que hubo confrontaciones entre los cuerpos técnicos. Fue mentira. Después del partido contra Ecuador se crearon algunas argumentaciones de que los jugadores tuvieron confrontaciones; una vez más te digo que el ambiente de la selección de Colombia es amistoso y familiar. Son algunas mentiras que son normales y nosotros pagamos el precio de vivir en un mundo libre, que nos gusta.
En relación con los jugadores, yo he entrenado a clubes y selecciones, desde Portugal a Irán, siempre he mantenido grandes relaciones con ellos. Y ahora tengo, por parte de los jugadores de Colombia, mensajes suyos con manifestaciones de cariño, amistad y afecto, que me conmueven y que cuando los leo me emociono y casi se me saltan las lágrimas. Son expresiones de reconocimiento y gratitud que nunca voy a olvidar. Estos futbolistas siempre estarán en mi corazón.
Un nombre propio en el fútbol europeo que también ha estado vinculado con el Real Madrid como lo estuvo usted es James Rodríguez. ¿Cómo le ha visto en su tiempo como seleccionador de Colombia?
A mí siempre me gusta hablar del equipo, más allá de las personalidades e individualidades. Como siempre decía mi amigo Alex Ferguson, el equipo por encima de todo. Pero desafortunadamente para mí y para la selección de Colombia, nunca ha sido posible contar con James al 100%. La situación con Real Madrid y Bayern de Múnich ha sido que no ha tenido la regularidad que un jugador como James necesita para aportar su mejor fútbol. James en el Mundial de 2014 fue una sensación, y no ha sido posible tener su mejor contribución. Intentamos trabajar en buenas soluciones.
James ha sufrido mucho con la situación, el equipo también. Ahora que empezaba a jugar con regularidad en el Everton, nuestros caminos se separan porque el fútbol habló con crueldad para mí. Pero hablando, como me gusta, del equipo, pienso que se encontró con buenas soluciones. La Copa América salió bien. El rendimiento de los 16 primeros partidos fue muy bueno, con 32 puntos, por ejemplo, nos habrían dado la clasificación para el Mundial. Cuando todos los jugadores empezaban a jugar con regularidad, sin lesiones, sin problemas de coronavirus… ¡perdimos trece jugadores en la última convocatoria por diferentes problemas!
Todo el trabajo que realizamos en los dos últimos años me permite decir que salgo de Colombia con mucho orgullo, con la convicción de que salimos de Colombia con un trabajo bueno. Los números hablan. Y no solo el trabajo dentro del campo, también fuera del campo; este periodo de trabajo con todos los jugadores ha sido muy bueno para mí y estoy muy agradecido; ha sido un privilegio y un honor trabajar con esta gran familia de la selección de Colombia.