El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció este domingo su renuncia al cargo, tras tres semanas de protestas contra su polémica reelección y tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía.
“Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”, dijo Morales a través de la televisión, aludiendo a los líderes opositores que convocaron protestas en su contra, desatadas el día siguiente de los comicios del 20 de octubre.
El mandatario dijo que su pecado “fue tal vez ser cocalero. No entiendo cómo pueden usar la Biblia para maltratar a la familia. Cómo entender grupos que rezan para odiar a los más humildes”.
“Renunciamos para que el pueblo no sea pateado. Renuncié por ellos. Familia pobres y humilladas. No queremos que hayan enfrentamientos”.
Morales se recluyó este domingo en la zona cocalera de Chimoré, su cuna política en la región central de Cochabamba, para anunciar su renuncia
Llegó en la tarde a bordo del avión presidencial al aeropuerto de Chimoré, en el centro del país, acompañado del vicepresidente Álvaro García Linera, quien también renunció a su cargo y a la presidencia del Congreso.
Morales, de 60 años y quien asumió en 2006, enfrentó tres semanas de protestas en las calles contra su reelección en las cuestionadas elecciones del 20 de octubre. En las redes sociales se especula que Morales viajaría al exterior, muchos dicen que a Argentina.
En Chimoré Morales ganó notoriedad a finales de la década de 1980 como combativo líder de los productores de hoja de coca, un cultivo tradicional. El mandatario boliviano, que gobernó por casi 14 años, recibió este domingo una avalancha de renuncias de altos funcionarios y llamados a renunciar de los comandantes de las Fuerzas Armadas y la Policía.
El presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, prominente miembro del partido socialista gobernante, también se vio forzado a renunciar en medio de una ola de violencia contra las casas de altos funcionarios.
Tomado de El Tiempo