Desde la muerte de Jesús María Aguirre, alias ‘Chucho Mercancía’, mucho se habla de la seguridad en el sector limítrofe entre Magdalena y La Guajira.
¿Una banda criminal?, ¿el resurgimiento de paramilitares?, ¿delincuencia común?, ¿rearme?… muchas son las preguntas que han surgido en la troncal del Caribe, en el sector limítrofe entre Magdalena y La Guajira donde esta mañana fueron hallados los cuerpos sin vida de una pareja bogotana que estaba desaparecida desde el pasado viernes.
Ciudadanos del común, la Defensoría del Pueblo así como diferentes ONG, han advertido de las amenazas en la zona, que ponen en riesgo a los residentes y turistas que van desde El Cabo de la Vela en el alta Guajira, hasta Santa Marta.
Sin Hernán Giraldo Serna, jefe del frente Resistencia Tayrona de las Autodefensas -extraditado a los Estados Unidos- y Jesús Aguirre, líder abatido de Los Pachenca, el poder delincuencial en la zona quedó sin dueño y muy disputado entre el Eln, Los Pachenca y el Clan del Golfo.
La Sierra Nevada, es uno de los puntos estratégicos de las bandas criminales para su desarrollo delictivo, su agreste vegetación, zonas inhumanas, cauces de ríos y salidas al mar; la hacen predilecta para que los jefes la tomen como un fortín.
Según explicaciones de altos mandos policiales en el Magdalena, estas organizaciones, llamadas dentro del oficialismo militar como GAO -Grupos Armados Organizados- tendrán cerca de 80 o 100 hombres, distribuidos en flancos (extorsión, asesinatos, informantes).
La lucha de estas bandas obedece a varios factores, entre ellos la producción de droga (laboratorios artesanales en el mismo macizo montañoso), distribución de droga, cobros de extorsiones (llamadas coloquialmente como vacunas), homicidios selectivos, pero el más importantes es el dominio territorial y la salida al Mar Caribe.
DISPUTA PACHENCA VS CLAN DEL GOLFO
Fuentes aseguran que ‘Los Pachenca’ tendrían el control desde Minca (Magdalena) hasta Mingueo (La Guajira), zonas que hasta mediados de la primera década de este siglo estaban bajo el poder Hernán Giraldo y que ahora entrarían a luchar con El Clan del Golfo.
En julio pasado, se originó un ambiente de tensión en toda la carretera Troncal del Caribe (Cartagena-Riohacha) por un supuesto paro que lideraba Los Pachenca. De inmediato, circularon panfletos amenazantes en redes sociales y diferentes poblaciones, advirtiendo lo que podía pasar.
Líderes sociales y civiles, así como la comunidad entera, se atemorizó por los fuertes señalamientos que una parte le hacía a otra con una fuerza pública en medio que solo hacía llamado a la calma.
Los asesinatos de líderes sociales, las capturas de algunos cabecillas y los rumores de quienes hablan “que habrían retornado los paramilitares” a ese sector del Magdalena, cada día toma más fuerza.
LA PAREJA ASESINADA
Aunque no ha sido oficializado, todo parece indicar que una banda delincuencial sería la responsable del doble asesinato registrado en la zona.
Natalia Jiménez y Rodrigo Monsalve, viajan desde Santa Marta (Magdalena) a Palomino (La Guajira) a disfrutar de unos días como recién casado, pero desafortunadamente encontraron la muerte.
Cámaras de seguridad en el peaje de Neguanje (4:15 p.m.), mostraron cuando la pareja, que se transportaba en una camioneta marca Ford modelo Ecosport de placas DAI 160, y luego varios registros la muestran su paso por Guachaca (5:10 p.m.), Buritaca (5:37) antes desaparecer.
La última comunicación que al parecer tuvieron con alguna persona, fue con el padre de Natalia, quien asegura, escuchó una llamada angustiante de su hija y suplicas, antes que se perdiera toda la comunicación.
Hoy, tres días después de su desaparición, y una larga cadena de petición en redes sociales, se conoció que las Policía encontró los cuerpos de estas personas son signos de tortura, amordazados, encapuchados y tiros de gracia.
Un indígena que transitaba por la región se topó con los cuerpos de los ambientalistas y dio aviso a las autoridades, quienes, desde Santa Marta, desplegaron todo el operativo logístico.