Se calcula que cerca de 110 menores se encuentran por las calles de la zona céntrica.
Una difícil problemática social afronta la ciudad de Santa Marta desde que inició el fenómeno de la migración de ciudadanos venezolanos a esta capital, los cuales al no encontrar oportunidades laborales se dedican a la mendicidad.
Sin embargo, el problema se agudiza al verse involucrados menores de edad en estas prácticas, que pasaron de solo pedir monedas a vender su cuerpo para generar algún ingreso que les permita sobrevivir a ellos y sus familiares.
“Esta es una situación que se viene presentando hace algún tiempo, lastimosamente la mayoría de estos niños son de nacionalidad venezolana y viven en situaciones bastante precarias”, informó Diana Giraldo presidenta de la Corporación Centro Histórico.
En la zona céntrica de la ciudad, este fenómeno de trabajo infantil y mendicidad es quizá más evidente que en otros puntos, debido al alto flujo de turistas y la zona comercial que allí se encuentra.
Según Giraldo, más de una centena de niños se encuentran merodeando por las calles del centro trabajando, mendigando y en algunos casos hasta robando.
“Estos niños están siendo instrumentalizados por adultos para que puedan cometer robos al interior de los restaurantes. Tenemos un promedio de aproximadamente 110 niños en el centro histórico en condición de calle, y los más preocupante es que todos los días aparecen más”, agregó.
Estos menores que deben estar estudiando o jugando han tenido que madurar a la fuerza para afrontar una problemática política que no entienden, pero los ha traído a vivir en estas condiciones; esto porque en su mayoría son extranjeros los que padecen de la dureza de las calles.
“Las niñas y niños están siendo utilizados para la prostitución, eso es algo que nunca habíamos tenido en el centro histórico”, acotó.
Desde este importante sector de la ciudad, nuevamente se hace un llamado a las autoridades de Policía, Secretaría de Promoción Social e ICBF, quienes han trabajado en la zona, pero debido al recrudecimiento cada día de este flagelo, se requieren acciones más contundentes.
“Cada día vemos más niños en condiciones muy delicadas, y sin ninguna solución. Se necesita una intervención mucho más activa del ICBF, porque realmente hay que restablecerle los derechos de estos niños”, puntualizó Diana Giraldo.