Desesperados y casi que “dando gritos”, así se encuentran habitantes del barrio El Silencio en el municipio de Concordia, después que desde hace varios meses han tenido que convivir con los malos olores que emana la planta de tratamiento del alcantarillado.
La liberación de aguas residuales a la Ciénaga de Cerro de San Antonio y a un predio colindante con las viviendas del sector, al parecer por un daño en dicha planta, no solo es un daño irreparable al medio ambiente, sino también una manera “descarada” de afectar la salud y la tranquilidad de la comunidad.
Por esta razón, vecinos del barrio El Silencio, acudieron a la redacción de SANTA MARTA AL DÍA, para hacer un llamado a viva voz a las autoridades ambientales y al Gobernador del Magdalena, a que se apersonen de la situación, pues aseguran que “acá el tapabocas es obligatorio no solo por el Covid-19, sino también para no soportar ese olor a porquería”.
Según Félix Montero, residente en ese sector y padre de dos niños, sus hijas han enfermado ante la situación que se volvió insoportable para vecinos de esa comunidad y de Concordia en general, “al soplar la brisa, la gente en otros barrios asegura que no soporta los malos olores”.
“Hemos hecho cartas, hemos pedido de diferentes maneras a la administración que solucione la problemática y no pasa nada”, dijo el vecino.
La planta fue construida hace aproximadamente dos años, en la administración de Pedro Jesús Ospino Castro, quien anunció y financió el proyecto, muy a pesar de la oposición de la comunidad que aseguraba que dicha planta debía ser instalada a las afueras del municipio.
Hoy en el periodo de Eliseo Barraza, la comunidad espera respuestas por parte de la Alcaldía para solucionar esta problemática porque los malos olores tienen dando gritos a la comunidad de El Silencio.