La disputa territorial por la isla Santa Rosa en la triple frontera amazónica expone una amenaza mayor: el río se aleja progresivamente de Colombia y podría dejar a Leticia sin acceso directo a sus aguas en menos de una década.
En el centro de la tensión diplomática entre Colombia y Perú está Santa Rosa, una pequeña isla formada hace medio siglo en la triple frontera amazónica y habitada por peruanos desde hace décadas. Para Lima, hace parte de su isla Chinería; para Bogotá, es territorio colombiano.
Pero más allá de la controversia por la soberanía, el reclamo colombiano puso en evidencia un problema ambiental que amenaza directamente a Leticia: el río Amazonas, el más caudaloso del mundo, se está alejando de Colombia y, de continuar la tendencia, podría dejar a su único puerto sin acceso directo a sus aguas.
Cuando ambos países fijaron sus límites hace un siglo, Santa Rosa no existía. Tampoco las demás islas que han emergido por la dinámica natural del Amazonas, un río que cambia de cauce y arrastra sedimentos desde los Andes, depositándolos en distintos puntos de su trayecto. Hoy, la frontera fluvial que parecía estable es un escenario vivo de transformaciones.
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Estudios académicos de los años noventa advertían que el 70 % del caudal del Amazonas ya fluía por el lado peruano, mientras solo un 30 % atravesaba los brazos colombianos. Tres décadas después, la situación es más crítica: la más reciente medición del ingeniero Juan Gabriel León, de la Universidad Nacional de Colombia, estableció que solo un 19,5 % del caudal circula frente a Leticia. “En época de aguas bajas, es probable que prácticamente no pase agua por el lado colombiano”, advierte.
El fenómeno se debe a la sedimentación progresiva que reduce la profundidad de los canales colombianos, mientras que en la margen peruana la erosión acelera el flujo. Para la profesora Lilian del Socorro Posada, experta en geomorfología fluvial, “el río prefiere el brazo peruano por la forma en que está construida esa planicie”, lo que explica el desplazamiento.
Ya en 2006, Posada había planteado soluciones técnicas como el dragado de los canales y la construcción de espolones sumergidos que redirigieran parte del flujo hacia Colombia. Eran medidas viables, asegura, pero nunca fueron ejecutadas.
